Ha tenido que pasar algo más de dos años, desde que decidieron mudarse a Estados Unidos en marzo de 2020, para que Enrique de Inglaterra y Meghan Markle hayan regresado juntos a Reino Unido y se hayan encontrado de nuevo con la reina Isabel II. Lo han hecho con una visita fugaz y secreta al castillo de Windsor, según recogen The Guardian y otros medios británicos, y aprovechando su viaje a Europa para asistir a los Juegos Invictus 2020, que comienzan este sábado en La Haya. La cita ha tenido lugar apenas unos días antes de que la soberana cumpla 96 años.
Enrique y Meghan aterrizaron el miércoles en tierras británicas, aunque se desconoce si viajaron en un vuelo privado o comercial, de acuerdo con el Daily Mail, y se han alojado en Frogmore Cottage, residencia que han mantenido pese a su salida del Reino Unido. El periódico The Guardian da por hecho además que la pareja, que renunció a los títulos reales y a recibir financiación pública en enero de 2020, se ha visto también con el príncipe Carlos.
A pesar de que Isabel II aún no conoce a la segunda hija de los duques de Sussex, Lilibeth, de 10 meses, en su regreso a Europa, y más concretamente a Reino Unido, el matrimonio ha viajado solo, sin la compañía de la pequeña y de su hermano mayor, Archie. Y es que aunque su padre, el príncipe Enrique, ha asegurado anteriormente que desea “regresar a su hogar” junto a sus hijos, lo cierto es que, según ha confesado a través de sus abogados, “no se siente seguro” después de que perdieran la protección policial con la que cuentan los miembros de la familia real. Una cuestión que aún no ha logrado resolver y que ha llevado al hijo de la fallecida Diana de Gales a emprender una batalla al respecto con el Ministerio del Interior británico.
La duquesa de Sussex no había vuelto a poner un pie en Reino Unido desde que tuvo lugar la ruptura de la pareja con la familia real británica, conocida popularmente como Megxit, aunque Enrique de Inglaterra ha calificado el término de “misógino”. Él, por el contrario, pandemia mediante, sí había regresado en dos ocasiones más. La primera fue con motivo del funeral de su abuelo el duque de Edimburgo, fallecido en abril de 2021. La segunda, unos meses después, en julio, a propósito de la inauguración de la estatua dedicada a Lady Di e instalada en los jardines del palacio de Kensington. Entonces, se le pudo ver junto a su hermano Guillermo, que tampoco estuvo acompañado por su esposa, Kate Middleton.
Esta también es la primera vez que la pareja se encuentra cara a cara con la reina Isabel II después de la incendiaria entrevista que Enrique y Meghan concedieron a Oprah Winfrey hace poco más de un año y en la que aseguraron, entre otras cosas, que su salida del país se había debido en gran parte al racismo existente en el seno de la familia real británica y que la duquesa de Sussex había pensado incluso en el suicidio. Unas acusaciones que forzaron al Palacio de Buckingham a revisar sus políticas de diversidad por orden directa de la monarca.
Tras su paso por Reino Unido la pareja ha seguido después su viaje hasta Países Bajos donde este sábado se inauguran los Juegos Invictus 2020, una competición internacional para militares heridos en acto de servicio, y de la que Enrique de Inglaterra es patrón. Este mismo viernes tanto él como Meghan han hecho su primera aparición pública —ella, con un traje blanco, y él, con uno azul marino— en un primer encuentro con veteranos, familiares y amigos, con un carácter especial por la participación del equipo de Ucrania.
La cita, que tiene carácter anual, pero se ha pospuesto dos años a causa de la pandemia, es significativa además para la pareja por varios motivos. El primero, porque Enrique es veterano de guerra: pasó 10 años en el Ejército y estuvo destacado en dos ocasiones en Afganistán. El segundo, porque en 2017, cuando los juegos se disputaron en Canadá, ambos realizaron su primera aparición pública antes de anunciar su compromiso. Según los medios holandeses, Meghan regresará a Estados Unidos antes de la clausura de los juegos, que tendrá lugar el próximo 22 de abril.
Por su parte este jueves se confirmó también la ausencia de Isabel II en la tradicional misa de Pascua que tendrá lugar el domingo en la capilla de Windsor. Será la cuarta vez que la monarca no asista al servicio en 70 años de reinado y, en su lugar, presidirá la ceremonia su hijo Carlos de Inglaterra y la esposa de este, Camilla Parker Bowles. Aunque no se han aclarado los motivos por los que la soberana faltará a la cita, cada vez son más frecuentes sus ausencias en actos relevantes de la agenda real británica desde que se agudizaron sus problemas de salud en otoño del año pasado.
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