‘Entre el sueño y la pesadilla americana’: jóvenes migrantes que terminan en las calles


Axel Aguilera viajó durante tres meses desde su natal Honduras hasta Estados Unidos, en busca del sueño americano. 

El joven de 16 años emprendió la larga travesía completamente solo para comenzar una nueva vida en este país.

Sin embargo,  el sueño americano de este joven hondureño se convirtió en pesadilla. En esta nueva vida, sufre el acecho de pandillas, drogas y otros peligros.

“Viví en la calle alrededor de seis meses”, cuenta Aguilera. “Como tres veces le metieron fuego en donde estaba viviendo. Se viven muchas cosas”.

Aguilera vivía con otros cinco jóvenes. Dos terminaron tras la rejas y a otro lo asesinaron en un parque. 

La vida se les complica a los jóvenes que no tienen a sus padres en este país. Completamente perdidos y desamparados, algunos pasan a engrosar la lista de indigentes.

Miles de niños no acompañados continúan abarrotando la frontera sur y siendo puestos bajo custodia del gobierno a la espera de ser reunificados con parientes o familias substitutas.

“He estado en tres foster después de vivir con mi tío, después de que me tuve que ir de su casa”, cuenta René Flores, un joven inmigrante de El Salvador. 

Víctimas de la indigencia

Cuando alcanzan la mayoría de edad, muchos de los jóvenes que llegaron antes de cumplir los 18 años pueden terminar en las calles, la cárcel o incluso morir si no se les ofrece ayuda.

“Pensamos en ellos como niños no acompañados”, dice Jasmin Tobar, encargada del programa para jóvenes inmigrantes del Fondo Salvadoreño para el Liderazgo y la Educación (SALEF).  “¿Qué pasa con ellos después de los 18 años?

Completamente perdidos y desamparados, algunos pasan a engrosar la lista de indigentes en ciudades como Los Ángeles. 

“Cuando cumples 18 ya no pueden recibir servicios”, dice Jocelyn Duarte, Directora Ejecutiva de SALEF. “Si los jóvenes no han tenido asesoramiento correcto o un plan de transición, terminan en la calle”.

El costo de cuidar a cada menor sobrepasa los $700 diarios.

Muchos jóvenes dejan sus países de origen huyendo de las pandillas, destaca Tobar. Sin embargo, al llegar a Estados Unidos, enfrentan el mismo problema, incluso terminan siendo víctimas de tráfico humano. 

Ayuda para los jóvenes migrantes

Aguilera y Flores fueron rescatados a tiempo mediante un programa creado por la ciudad de Los Ángeles para conectar a los menores no acompañados con servicios para los mayores de 18 años.  

Concejales de la ciudad de Los Ángeles aprobaron esta semana la extensión de este programa para ayudar a más jóvenes vulnerables.

“Son adultos porque tienen 18 y han atravesado todo México, Guatemala y Honduras a pie”, señala Duarte. “Todavía necesitan mucho apoyo” 

Este programa creado por el concejal Mitch O’Farrell junto a SALEF  también conecta a estos jóvenes no solo con vivienda, educación y trabajo sino con abogados para solucionar su estatus migratorio y permanecer legalmente en este país.

La oficina de asuntos para inmigrantes del condado de Los Ángeles lanza una nueva herramienta para que la comunidad tenga más fácil acceso a los recursos que necesita.

Decenas de jóvenes están siendo salvados de la pesadilla que les tocó vivir solos. Han conseguido en este programa la familia que perdieron y están encaminados a cumplir sus sueños, a lo que vinieron a este país.

“Somos personas que queremos salir adelante”, dice Aguilera. “Y si nosotros salimos adelante, el país también”.


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