Los lunes son menos lunes cuando gana la Real. Subían los jugadores al Z2 de Zubieta con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que hicieron un gran partido en Cornellà para llevarse los tres puntos. Tras media hora de retraso, eso sí, debido a una larga sesión de vídeo en la que seguro que Imanol puso en liza la magnífica contra que supuso el 0-1 pero también alguna de las desconexiones del segundo tiempo que bien podían haber dado algún que otro susto al final del partido.
En la sesión sólo participaron los jugadores que fueron suplentes ayer o no fueron convocados por el técnico oriotarra, por lo que tan sólo se ejercitaron 13 jugadores: Remiro, Zubiaurre, Aihen, Gorosabel, Le Normand, Sagnan, Pardo, Zurutuza, Sangalli, Guevara, Barrenetxea, Januzaj e Isak.
La sesión fue más tranquila de lo normal, sabiendo que los tres puntos de ayer te dejan en cuarto lugar con 10 puntos de 15 posibles, pero sin olvidar que el jueves la Real recibe al Alavés con la oportunidad de asentarse en la parte noble de la clasificación. Después de un breve trote, realizaron movimiento articular para que los músculos entrasen en calor. De ahí, el grupo se dividió en dos para realizar una posesión con Zurutuza y Guevara de comodines. Mientras, Imanol, observaba desde la distancia a sus pupilos sin dar ninguna instrucción, en uno de esos dolores de cabeza suyos en los que tiene que decidir a qué seis hombres dejar sin convocar el jueves.
Hasta que el espacio de juego se agrandó e Imanol entró en escena para corregir a los suyos y meter intensidad al entrenamiento. El guipuzcoano no se relaja ni con dos victorias seguidas: “Buena, Luca. Duro, Barrene”, comenzó a gritar. Cada ocho pases que llegasen a destinatario equivalían a un punto. En este tramo destacó la apatía de Januzaj, que iba un segundo más tarde del resto y tendrá que apretar mucho para pasar de su casa al ‘once’ el jueves. Capacidad tiene. Todo lo contrario que Isak y Barrenetxea, que se comieron a su defensor cada vez que perdieron la bola.
La presión se entrena
La Real salió ayer en tromba a Cornellà con la intención de encarrilar bien pronto el partido. Sometió al rival con una presión alta que impidió que el cuadro perico saliese de su área en los primeros 15 minutos. Y eso entrena, claro. Alguacil volvió a insistir en un ejercicio diseñado para que los dos centrales sacasen el balón jugado, incluso avanzando líneas de presión, con los delanteros acechando. Le
Normand y Sagnan trataron de realizarlo con éxito, pero Barrenetxea e Isak mordiendo como bestias. Uno intentando tener minutos y otro con la moral por las nubes tras estrenarse como txuri urdin. El objetivo para el equipo poseedor era avanzar hasta una línea imaginaria mientras que los que robaban tenían que finalizar inmediatamente la jugada. Remiro se lució con buenas paradas. Januzaj, en el uno contra uno, también mejoró y desbordó varias veces a Aihen.
La sesión acabó con un ejercicio con centros laterales, primero rasos para finalizar de primeras y luego de cabeza. Isak se volvió a hinchar dejando una delicatessen en forma de volea. Ansotegi se quedó con el sueco de manera individual entrenando precisamente el centro y remate. El entrenamiento se dio por finalizado con un pequeño partidillo en espacio reducido.
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