Uno de los maestros de la pintura española de las últimas décadas, Juan Genovés (Valencia, 1930-Madrid, 2020), era un espectador habitual del estadio de Mestalla, donde ya ha echado a rodar el balón de la nueva temporada 2021-2022. Genovés acudía cada 15 días a las gradas valencianas acompañado de su hermano. Le encantaba apreciar el movimiento del juego y las riadas de personas que entraban y salían del recinto. Al acabar cada partido capturaba con su smartphone el desalojo del estadio. Fotografiaba la afición que le inspiraba para sus famosas pinturas de cabecitas vistas desde el cielo. Genovés era un gran aficionado, y la inspiración que encontró en el fútbol es la clave de lo que atrae a los espectadores: emoción, color y sonido. Todo en movimiento y a máxima resolución.
El refugio de ese espectáculo futbolístico durante casi dos temporadas de pandemia lo ha ofrecido la tecnología, liderada en gran medida por la marca surcoreana Samsung. El fútbol ha sido un show exclusivamente televisado. Y eso ha elevado la exigencia de los espectadores respecto a las retransmisiones. Los usuarios quieren sentir, ver y oír toda la experiencia del esfuerzo de los futbolistas a través de una pantalla que, a juzgar por las estadísticas de consumo, tiene que ser cuanto más grande mejor, para lograr la buscada experiencia inmersiva. “Nunca nos equivocaremos pensando que compramos un televisor más grande de lo que necesitamos, pero sí al revés”, advierte Pablo Requejo, director de Marketing de Producto de Samsung. “Y es un tópico muy común que se escucha cuando alguien adquiere uno. Gracias a la resolución 4K y 8K podemos tener televisores de gran tamaño en espacios cortos, ya que los millones de píxeles van a hacer que se vea siempre con calidad”, concluye.
El 32% de los compradores de una nueva televisión confiesan que hubieran preferido una más grande. ¿Qué impedía hasta hace unos años comprar una de 55 o 75 pulgadas? Varios hándicaps. El primero, la economía. El segundo, el espacio. El tercero, la resolución. Los tres están casi salvados.
La resolución se multiplica por cuatro
Fue con la entrada en el nuevo milenio cuando llegaron las pantallas planas a los hogares. Se resolvía el problema de las teles de enorme fondo, pero la tecnología y el precio avanzan en líneas paralelas y contrarias. Una televisión con resolución 4K tenía un precio muy exclusivo hace apenas tres años y hoy es la calidad habitual en casi todas las gamas. Y el mercado ofrece también una resolución que multiplica por 4 el número de píxeles por pulgada de la imagen. Es decir, 8K. Clave para apreciar goles como el que marcó, por ejemplo, Paul Pogba en la pasada Eurocopa. Gracias a las múltiples cámaras de la realización distribuidas por el estadio pudimos casi leer la marca del balón en cada giro que hacía desde la bota del francés a la escuadra de la portería de Suiza. Eso es resolución, eso es vivir el fútbol de manera inmersiva.
Para ese cometido, Samsung cuenta con la tecnología HDR10+. “En este tipo de espectáculos multitudinarios al aire libre, con distintas condiciones de iluminación, que además pueden variar con el tiempo, es donde la tecnología HDR brilla por sus magníficos resultados”, explica Requejo. Los sistemas de Alto Rango Dinámico (HDR) de Samsung permiten ver imágenes con grandes variaciones de iluminación y además sin perder detalle. Y el precio, pese a lo que pudiera sugerir tanta zancada tecnológica, no se ha multiplicado exponencialmente, como ha sucedido con las kas. Ni mucho menos.
Y, por último, el espacio. Gracias a la nueva tecnología de los televisores Samsung Neo QLED 8K no es necesario disponer de una habitación del tamaño de una sala de cine para tener una pantalla de gran pulgada. La explicación es sencilla: el aumento de píxeles hasta los 33 millones de unidades ha permitido que la distancia recomendada para ver el fútbol con la máxima intensidad se haya reducido a poco más de dos metros.
Y la ecuación también es simple: a mayor resolución, menos distancia, teniendo en cuenta que los expertos recomiendan que se vea la televisión con un ángulo de visión de 40 grados de lado a lado de la pantalla. Una televisión Full HD de 75 pulgadas exige, para ver la imagen con nitidez, una distancia de 3,7 metros. Con 4K la distancia se reduce a 2,1, lo que aumenta al 87% los hogares que cuentan con la posibilidad de tener una gran pulgada. Con 8k la distancia necesaria es incluso menor. ¿Quiere calcularlo para comprar un nuevo televisor? Multiplique las pulgadas x 1,2. El resultado, en pulgadas, es la distancia a la que debe sentarse en su pequeño estadio del salón. Los nuevos diseños de Samsung permiten —con creces— disponer de pulgadas mayores en menos espacio.
Otro partido en la palma de la mano
Aquel gol de Pogba se produjo en la jornada loca de octavos de final de la Eurocopa. Goles, prórrogas y penaltis. Se enfrentaron Francia contra Suiza y España contra Croacia. El partido de la selección mantuvo frente a la tele a una media de 7 millones de espectadores, según datos de la consultora Kantar Media, pero el dato que inquieta en el mundo del fútbol es que ese mismo partido generó 126.000 tuits. Conclusión rápida: la audiencia ve el partido con el móvil en la mano. Las pantallas pequeñas y las grandes son vasos comunicantes del espectáculo.
Un estudio encargado por la Bundesliga a WHU-Otto Beisheim School of Management ya determinó en 2019 que el 31% de los espectadores de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2009) asegura ver los partidos en pantallas simultáneas. “Con cuatro horas y media de consumo por partido, esta generación es la que más tiempo pasa consumiendo cada encuentro. Las nuevas tendencias están generando cambios de formatos en las retransmisiones para generar contenido adicional”, concluye Sascha Schmidt, director del estudio.
Los expertos llaman ‘pulsión escópica’ a la necesidad del espectador de aumentar el ritmo de las retransmisiones. La aplicación de la realidad aumentada responde a ella: permite apreciar la velocidad o la distancia entre jugadores
Anto J. Benítez, realizador de televisión y docente universitario
Los usuarios consultados en el informe aseguraban que acudían al smartphone en busca de datos adicionales (57% de las respuestas) y para comentar el partido (48%). Pero la tecnología de las televisiones hace tiempo que se está adaptando para satisfacer esa inquietud de los espectadores por el concepto multi view (consumo compartido). Los televisores de Samsung, por ejemplo, cuentan con la posibilidad de partir la pantalla hasta en cuatro. Y sin perder el nivel de nitidez necesario en pantallas gigantes para los estándares de hace apenas cinco años.
Más datos por capas, más realismo
La innovación que ofrecen los televisores actuales pretende adaptarse a las exigencias del público. Una petición de dinamismo, velocidad y nitidez que no para de crecer desde los años 90, cuando el Full HD irrumpió en el fútbol televisado. “Nos dimos cuenta de que, en los planos tácticos, en los que se veía gran parte del campo, ya se podía apreciar con nitidez el balón y las caras de los jugadores”, recuerda Anto J. Benítez, realizador por entonces de los partidos de Telemadrid y hoy experto en realización de fútbol en la Universidad Carlos III. “El público demanda innovación y cuando no la tiene la echa en falta y cambia de canal”, analiza el profesor que publicó en 2014 uno de los manuales de referencia de la realización de fútbol. Los estudios de Benítez determinaron que, desde la aparición del Full HD, la media de cambios de plano en cada partido oscilaba entre 350 y 550. Después llegó la influencia de los videojuegos en la cultura audiovisual del público y se añadieron las capas de realidad aumentada con las que hoy podemos apreciar la velocidad de cada jugador en una carrera o la distancia entre los defensas. “Los expertos lo llaman ‘pulsión escópica’, y consiste en la necesidad del espectador de aumentar cada vez más el ritmo de las retransmisiones”, detalla el realizador.
Para disfrutar de todas las posibilidades que ofrece hoy una retransmisión en el salón de casa es necesario contar con una pantalla cuanto más grande, mejor. La gran apuesta de Samsung siempre ha sido la calidad de imagen y, para ello, hay dos conceptos muy importantes: la inteligencia artificial (IA) y el color. “En nuestra gama de televisores 2021, analizamos con la IA, píxel a píxel, para mostrar la calidad de cada imagen lo más cercana a la realidad posible”, ejemplifica Pablo Requejo. El procesador de los televisores Neo QLED de Samsung cuenta con un sistema de IA de 16 redes neuronales que analizan y mejoran cada píxel de la pantalla. Es decir, una brizna de césped del terreno de juego se muestra como realmente es, para disfrutar del partido como lo haría el espectador en el estadio. “Samsung tiene una base de datos de millones de imágenes, de la cual aprende y ayuda al televisor a mostrar la imagen perfecta”. Desde que la compañía coreana lanzó los Quatum dot se ha posicionado como una marca deferencial en cuanto a la capacidad de emitir los colores más reales.
Samsung se anticipa a la evolución tecnológica. En el terreno del 8K, por ejemplo, trabajó estrechamente con RTVE para las primeras emisiones que se han retransmitido en antena. “Y, en concreto, los primeros partidos de La Liga profesional de fútbol en 4K u 8K fueron realizados en colaboración con Samsung”, concluye Requejo.
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