Erling Haaland y Gio Reyna como remedio de todos los males

Erling
Haaland, con un doblete -lleva cinco dianas en cinco partidos oficiales esta temporada-, y Giovanni
Reyna, con tres asistencias, le devolvieron la sonrisa a los pocos aficionados que este sábado pudieron presenciar el Borussia Dortmund-Friburgo en el Signal
Iduna
Park.

Los de Lucien
Favre no llegaban con las mejores sensaciones al partido, tras la caer derrotados el pasado fin de semana ante el Augsburgo (2-0) en Bundesliga y, sobre todo, después de perder la Supercopa alemana ante el Bayern
Múnich (3-2) con un gol de Kimmich en el 82’.

Aún con las bajas de Burki y Jadon
Sancho, que parece que finalmente se quedará en Dortmund

, Favre realizó hasta cuatro cambios en su once, dando entrada a los jovencísimos Bellingham y Reyna.

Ambos, de tan solo 17 años de edad, fueron los únicos capaces de dar algo de frescura al juego del Borussia
Dortmund durante la primera media hora de partido, en la que un Friburgo que pasó a defensa de cinco fue capaz de frenar las acometidas rivales con éxito.

Tercer gol en tres partido de Haaland

Hasta que Erling
Haaland logró tumbar el muro cimentado por Christian
Streich. Asistido por Reyna, el gigantón noruego logró un tanto que despertó por completo al Dortmund, que tuvo hasta tres ocasiones claras para doblar su ventaja antes de marcharse a vestuarios.

Tras el descanso, los de negro y amarillo prolongaron las buenas sensaciones con las que habían acabado y sentenciaron el partido cuando no se habían cumplido ni dos minutos de la reanudación. Reyna, con su segunda asistencia, puso como los ángeles un saque de esquina que cabeceó totalmente solo Emre
Can.

Streich intentó cambiar el rumbo del partido con un cuádruple cambio, pero la dupla Reyna-Haaland acabó con toda esperanza visitante. El norteamericano logró su ‘hat-trick’ particular de asistencias y el ‘9’ un doblete que supuso su cuarto gol en tres jornadas. Haaland pudo anotar su tercera diana en el descuento, pero prefirió regalarle el cuarto y definitivo tanto a Passlack, que había entrado en la segunda mitad.