Ernesto Cardenal: “Exigir democracia no es extremismo”


El poeta Ernesto Cardenal, que se ha definido como un “perseguido político” del régimen del sandinista Daniel Ortega, aprovechó un homenaje que le rindió este miércoles el Gobierno mexicano para enviar el que se puede entender como un mensaje de apoyo a quienes en Nicaragua se manifiestan contra Ortega: “Exigir democracia no es extremismo”, afirmó el sacerdote en su breve discurso de aceptación del reconocimiento que le otorga México, en una celebración realizada en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en Ciudad de México.

Cardenal —que cumplirá 95 años en enero y que ha publicado su más reciente libro, Hijos de las estrellas (editorial Trotta)— es uno de los principales exponentes de la literatura latinoamericana y de la conocida como Teología de la Liberación, con una vasta producción literaria en la que destacan obras como el Cántico Cósmico, con la que él afirmó que ha creado nuevo estilo poético, lo que él llamó como “poesía científica”. “Creo que soy el único poeta, o al menos el único que yo conozco, que está haciendo poesía sobre la ciencia, poesía científica. Para mí es casi como una oración leer libros científicos. Veo en ellos lo que algunos han dicho que son huellas de la creación de Dios”, dijo a EL PAÍS en 2017.

A pesar del reconocimiento a su poesía, el sacerdote dijo que no se merecía el homenaje que le otorga el Gobierno mexicano, porque “no soy autor de una gran poesía”, explicó. Para él, agregó, la poesía “no brota espontánea, la logro con mucho trabajo y dedicación”, por lo que afirmó que sus poemas son de una “grandeza pequeña, relativa y por razones extraliterarias”.

En el homenaje de este miércoles participaron el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, y la secretaria de Cultura mexicana, Alejandra Frausto, quien catalogó al poeta como un “maestro de la palabra y de la acción intelectual de primera línea”. Cardenal —agregó— “tiene la capacidad de desatar la paz donde se ha desatado la dolorosa violencia”. Durante la ceremonia se leyeron poemas de Cardenal, incluyendo versos de Canto a México (Fondo de Cultura Económica), en los que el poeta se sumerge en los orígenes de las culturas y los pueblos mesoamericanos.

La poesía de Cardenal está fuertemente ligada a la Revolución Sandinista, que en 1979 derrocó a la dictadura de Somoza. En poemas como Hora Cero o El Canto Nacional el poeta destacó las proezas de Augusto Sandino y los guerrilleros sandinistas. Esa íntima vinculación a la política hizo que la nomenclatura de Iglesia católica lo rechazara, a tal punto que el papa Juan Pablo II lo amonestó públicamente cuando visitó Nicaragua en 1983, en plena era sandinista. Cardenal, sin embargo, mantenía un profundo amor cristiano, expresado a través de obras como Los Salmos, versos que demuestran su compromiso con la fe, pero también su crítica contra las injusticias, la opresión y el sufrimiento de los más desprotegidos. El poeta es un creador incansable, un hombre comprometido políticamente hasta el final de sus días, y una voz profética, combativa e incómoda para el poder. Tras décadas de purgación por parte del Vaticano, el poeta fue rehabilitado por el papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio le informó en febrero del levantamiento de la suspensión a divinis (prohibición de administrar los sacramentos) que Karol Wojtyla le impuso en 1984. En una entrevista el mismo Cardenal había reconocido: “Me siento identificado con este nuevo Papa. Es mejor de como podríamos haberlo soñado”.

Debido a sus posiciones críticas es una de las personalidades más perseguidas por el Gobierno que lidera Ortega en Nicaragua. “Ellos [Ortega y su esposa y vicrepresidenta, Rosario Murillo] son dueños de todos los poderes de Nicaragua. Tienen un poder absoluto, infinito, que no tiene límites, y ese poder está ahora en mi contra”, dijo Cardenal a este diario en su casa de Managua. “Bien, me encuentro bien… ¡Pero estoy aburrido!, ¡no puedo salir, ¡no puedo hacer nada!”, afirmó en otra conversación con este periódico realizada el año pasado, en la que también dijo: “No hay libertad para que yo diga algo, en Nicaragua estamos en una dictadura”.

Este miércoles, aunque cauto, el poeta sí hizo referencia a lo que sucede en Nicaragua, donde Ortega ha catalogado como extremistas, terroristas a los manifestantes y como un intento de golpe de Estado en su contra las manifestaciones que exigen el fin de su mandato. Cardenal —quien asistió al homenaje en silla de ruedas y con un tanque de oxígeno— dijo que estaba contra el extremismo y el odio y afirmó que “exigir democracia no es extremismo… O es extremismo válido”. Y, apuntó: “Odio el odio y amo el amor”.

México al rescate de autores centroamericanos “olvidados”

C. S. Maldonado

Antes del homenaje al poeta Ernesto Cardenal en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en Ciudad de México, el editor Philippe Ollé-Laprune presentó la Biblioteca de Literatura Centroamericana, una iniciativa de la diplomacia mexicana que pretende rescatar de la “ignorancia y el olvido” a escritores de una región rica en producción literaria, pero en muchos casos menospreciada por la industria editorial.

La colección reúne en esta primera edición una antología de poemas del nicaragüense Carlos Martínez Rivas —considerado el mejor poeta de ese país después de Rubén Darío—; la única novela del salvadoreño Roque Dalton —definido en la presentación como “revolucionario, poeta y agitador internacionalista”; poemas de Juan Ramón Molina, de Honduras, autor de una obra “atormentada, profunda y universal”; el guatemalteco Luis Cardoza y Aragón y ensayos de la costarricense Carmen Lyra.

“Conocer a nuestros vecinos siempre es fructífero”, dijo Ollé-Laprune, a cargo de la colección. “Buscamos —agregó— romper la inercia que imponen la historia y la realidad, el silencio que sumerge a mucha literatura en el vacío, exigir el retroceso de la ignorancia y el olvido”.


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