En la Rusia de Putin no se admiten disidencias. Cualquier opinión que se exprese contraria al gobierno o sus actos puede ser considerada una traición a la patria. Lo saben bien miles de ciudadanos que regularmente se manifiestan en contra de las políticas del Kremlin. Hasta se llegó a detener a un hombre que mostraba un papel en blanco en una plaza.
Así como el opositor Aleksei Navalni sufrió un intento de asesinato al detectarse veneno en su ropa interior, Igor Denisov (38) también piensa que puede ser el próximo objetivo a eliminar.
La invasión rusa de Ucrania le tuvo tres días preocupado y sin dormir durante las primeras jornadas de la ocupación. Estaba en ‘shock’. Reflexionó y se posicionó.
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Cárcel o muerte
Hace unos días, el excapitán de la selección rusa de fútbol (2008-2016, 54 partidos), concedió una entrevista al periodista deportivo ruso de origen armenio Nobel Arustamyan a través de su canal de Youtube, en la que mostraba públicamente su rechazo a la ‘operación militar especial’ que estaba llevando a cabo el ejército ruso en el país vecino. Confesó que “estoy en contra de que muera gente. Tengo tres hijos que si tuvieran 18, 19 o 20 años serían llamados a filas”. Y añadió: “Puede ser que me encierren o me maten por decir esto, pero digo las cosas tal y como son”. También declaró que “quizás no he estudiado mucho, quizás no se mucho de historia, pero nadie me sabe explicar que pasa con Ucrania”.
Salir del país
Según la BBC y algunos analistas, durante la entrevista de Denisov con Arustamyan, ciertas palabras utilizadas por él para referirse a las acciones rusas en Ucrania parecen haber sido borradas, con un sonido crepitante en su lugar. Los medios de comunicación rusos pueden ser multados o bloqueados por usar las palabras “guerra” o “invasión”.
Denisov nunca se planteó salir de Rusia: “Quiero a mi país, no quiero vivir en ningún otro sitio y no quiero sentirme (como ruso) señalado en Europa”. Reconoce que llegó a suplicar a Putin que reconsiderase la ocupación de Ucrania y se ofreció a pedirle de rodillas “que lo parara todo”. Sobre el boicot a los deportistas rusos en competiciones internacionales, Denisov lo acepta porque considera que “la culpa de lo que está pasando es de todos, también nuestra” pero se muestra poco esperanzado de que la posición de Putin cambie. “Solo si los 144 millones de rusos lo pedimos, puede que algo cambie”.
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El tercero desde Rusia
El valor de sus declaraciones coge más relevancia al ser el tercer atleta ruso con cierta notoriedad que se expresa desde Rusia, contrario a su gobierno, consciente de lo que le puede ocurrir. Antes lo habían hecho Fedor Smolov del Dinamo de Moscú y exdelantero del Celta de Vigo y el futbolista ya retirado Aleksandr Sobolev (aunque borró el mensaje horas después).
Otros deportistas que también han mostrado su oposición a la invasión pero desde fuera del país, son el tenista Rublev, que escribió ”No a la guerra” en el campeonato de Dubai; la jugadora del RCD Espanyol e internacional con Rusia, Nadezhda (Esperanza en ruso) Karpova con un mensaje en su cuenta de Instagram (“No puedo simplemente mirar esta falta de humanidad y permanecer en silencio”) o el jugador de hockey hielo de los New York Rangers Artemi Panarin, desde Estados Unidos, que nunca ha escondido su apoyo a Navalni y su rechazo a Putin.
Historial deportivo marrullero
Si por algo se ha distinguido Denisov a lo largo de su carrera deportiva, aparte de ser integrante de las plantillas de los tres equipos más poderosos de Rusia, Zenit de San Petersburgo (2002-2013, 254 partidos), Dinamo de Moscú (2013-2017, 62 partidos) y Lokomotiv de Moscú (2017-2019, 67 partidos), es por una reputación de mal comportamiento. Atesora una larga lista de enfrentamientos.
En una ocasión intentó golpear a su propio entrenador, Vladislav Radimov, cuando estaba en el Zenit; insultó al técnico del Spartak Valery Karpin; se opuso a la llegada de Witsel y Hulken porque cobraban demasiado; fue retirado del primer equipo del Dinamo al interferir en las decisiones del entrenador Cherchesov; pidió que despidieran al médico del Dinamo por incompetente; en 2018, el Lokomitv lo multó con 1 millón de rublos tras insultar a un oficial de control antidopaje. Hasta llegó a romper la nariz a un instructor de coche de una autoescuela después de discutir con él cuando el pupilo casi choca con su todoterreno.
Igor Vladimirovich Denisov nunca se ha cortado al decir lo que pensaba. Fueran cuales fueran las consecuencias las asumió, como asume que su vida pueda dar un vuelco.