Concluida su etapa en el Barakaldo, Iñaki Zurimendi inicia otra en un club que le resulta cercano y con el que tiene una relación que se hunde en los tiempos. El Portugalete contará con sus servicios para desarrollar la labor de director deportivo. Se trata de un desafío ilusionante que debe fraguarse en una situación excepcionalmente condicionada por lo latigazos de la Covid-19, con una economía ‘tocada’ y un inicio de la preparación que está por definir. A pesar de vivir una situación marcada por las incertidumbres, el desafío es muy motivador. “Pues sí, así lo he afrontado realmente. Para mí es un nuevo reto muy ilusionante, nuevo, en un club con ambición, con ganas de asentarse en una categoría para mí muy familiar”, empieza diciendo Zurimendi.
El nuevo director deportivo de la entidad jarrillera está expectante y esperanzado con el devenir de los acontecimientos, ya que lo que ha detectado es de su agrado. Trabajar en estas condiciones de adhesión a unos colores facilitará la tarea. “Creo que el Portugalete ha hecho una temporada magnífica, para todo el mundo, para el pueblo, para la sociedad, para el fútbol. Ha sido un año duro a todos los niveles en el que ha conseguido en todo momento ser un equipo competitivo”, dice.
Creo que el Portugalete ha hecho una temporada magnífica, para todo el mundo, para el pueblo, para la sociedad, para el fútbol.
“Para mí entrar en el proyecto supone un reto bonito, supone intentar consolidar al club en la categoría, que es mi primer reto realmente, pero con mucha ilusión por ver si somos capaces además de hacer disfrutar a la gente, de mantener la base tanto buen resultado ha dado: un equipo duro, aguerrido… Esas señas de identidad queremos mantenerlas sobre todo en casa y hacer disfrutar a la gente con un equipo alegre”, agrega.
Mi padre jugó tres años en el Portu, cuando ascendieron estuvo una -en los años sesenta-. Siempre he tenido ese recuerdo. Creo que eso también me ha acercado más
Y es que Portugalete le resulta un escenario cercano aunque solo sea “por la cantidad de partidos que he visto allí” o por una cuestión que pesa en el corazón. “Mi padre jugó tres años en el Portu, cuando ascendieron estuvo una -en los años sesenta-. Siempre he tenido ese recuerdo. Creo que eso también me ha acercado más, aparte de que veo que el club quiere dar un salto, un crecimiento, quiere poner bases de trabajo. Para eso confía en mí. Vamos a ver si somos capaces de hacerlo bien, siempre desde el silencio. Ahora hay que intentar acertar a corto plazo en lo que interesa más a la gente, los fichajes, y en que el equipo se pueda asentar. He visto un grupo de trabajo majo”, explica.
Con limitaciones
Teniendo en cuenta que este año los presupuestos van a estar muy justos, va a resultar muy complicado poder acertar, realidad que asume Zurimendi. “Bueno, es un año especial para todos. Todos nos tenemos que actualizar a la nueva situación. Cada club tiene su hándicap en cuanto a sus socios, espónsores y demás. Estamos haciendo algo enfocado siempre a lo probable. Los presupuestos están teniendo en cuenta las certezas que hay. Luego lo que venga a partir de ahí, fenomenal. Al menos entiendo yo que debe ser así tanto para cumplir en todas las obligaciones, tanto en contratos como para Hacienda y la Seguridad Social”, reconoce.
Vamos a intentar mantener lo que sea lo más idóneo, mantener el bloque, pero sobre todo el espíritu del equipo, que es muy sacrificado, ha luchado como bloque, ha tenido unas señas de identidad muy claras
Con limitaciones varias y de peso y con la inercia del ascenso, se presenta una temporada para la que el Portugalete ya dispone de un número de efectivos asegurados que debe ser engordado. Si es antes, mejor que más tarde. “Con contrato hay ocho jugadores -hay que sumar al renovado Moya, con lo que son nueve- Estamos un poco condicionados por los sub-23. Vamos a ver si acertamos junto al entrenador, que los conoce fenomenal. Vamos a intentar mantener lo que sea lo más idóneo, mantener el bloque, pero sobre todo el espíritu del equipo, que es muy sacrificado, ha luchado como bloque, ha tenido unas señas de identidad muy claras, con trabajo, ayudas permanentes, por encima de otras virtudes”, avanza.
La pretemporada, al caer
Y para que esas virtudes estén engrasadas hay que comenzar a entrenar. ¿Cuándo? Es la madre de las preguntas que aún no encuentra respuesta. Hay que esperar a que se dé a conocer cuándo empezará la competición para poder determinar el inicio de la fase preparatoria. “Certezas no hay no de manera oficial ni semioficial. Intuyo que el 18 o 19 de octubre. Si es así, empezaríamos justo la última semana de agosto o el 1 de septiembre. Es lo que parece”, aclara Zurimendi con una cierta dosis de incertidumbre.
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