Paco Jémez acostumbra a hablar claro. El entrenador del Rayo Vallecano no duda en criticar con dureza aquello las injusticias que se producen en el mundo del fútbol. En una entrevista en El Mundo analiza toda la situación que está generando el cornavirus.
“Estamos todos preocupados. No sólo por la gente que está muriendo, no sólo por la crisis sanitaria, sino por lo que luego nos espera. Con este confinamiento y el haber parado el país durante tanto tiempo, vamos a tener que remar todos, y más rápido, para poder aminorar esta distancia que estamos perdiendo. Las consecuencias son todavía imprevisibles porque todavía no sabemos cuánto tiempo vamos a estar metidos en casa. Luego nos va a costar un esfuerzo enorme volver a poner las cosas donde estaban”, comenta Jémez.
El técnico asegura que es “frívolo” hablar de fútbol cuando hay personas que está muriendo. “Cada uno mira por volver a la normalidad lo antes posible y de la mejor manera. Dicho esto, está claro que mientras sigamos teniendo 400, 500, 600, 700 muertos en España, pensar en algo más que no sea en mantener la salud y en que esos niveles vayan bajando más me parece frívolo”.
Para Jémez, el regreso del fútbol no puede ser una prioridad, ahora mismo. “Si afecta a la salud, no todo vale en el fútbol. Claro que queremos jugar. Claro que queremos acabar la temporada. Estamos dispuestos a hacer muchísimos esfuerzos, pero no a cualquier precio. Si yo sé que me voy a jugar la salud, la vida, desde luego que no competiré”.
“Si hay gente que los necesita porque se está jugando su salud, su vida, me parecería mucho más justo que los test los tuvieran ellos y no el fútbol”
Por último, el preparador del Rayo ve injusto que en el fútbol se puedan hacer test masivos y en muchas otras partes de la sociedad no. “Si hay gente que los necesita porque se está jugando su salud, su vida, porque su trabajo así lo requiere, me parecería mucho más justo que los test los tuvieran ellos y no el fútbol. Hubo equipos a los que se les asignó al inicio de la pandemia la posibilidad de hacer test para ver si había contagios. Y los rechazaron. Dijeron que había gente que los necesitaba más. Puede volver a ocurrir otra vez lo mismo. Es lo sensato y lo normal. Que nosotros podamos tener test, todos los que necesitemos, y que haya gente que se esté jugando la vida por cuidar a otros, por hacernos la vida mejor, me parece una incongruencia. Una insensatez. Hay que ser muy sensibles. Si se nos critica por ese aspecto, tendrán razón”.
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