No está siendo una temporada fácil para la Real femenina. Ni siquiera tras “reconectar” en la Supercopa. No les dejan levantar cabeza.En Tenerife vivió un nuevo episodio del drama que atraviesa el conjunto realista. María José en el 93 clavó una nueva estaca en la moral de las pupilas de Natalia Arroyo, que habían remado a contracorriente, con una menos durante 50 minutos, e incluso empatado merecidamente en el 87′. Pero no pudo ser, y suman una nueva derrota. El partido cambió por completo, y casi se acabó, en el minuto 37 cuando Martínez Martínez comete una tropelía que acaba con penalti, expulsión y 1-0 en contra.
Arrancó mejor la Real en La Palmera, dominando el esférico y eligiendo bien cuándo ser verticales. Natalia Arroyo optó por el ajuste ofensivo ante la baja de Gaby. Retrasó la posición de Nerea Eizagirre e introdujo al tridente Franssi, Jensen, Amaiur arriba. Con muchísima movilidad y permuta de posiciones. Las delanteras combinaban a la perfección el venir a recibir para dejar de cara rápido, y el romper al espacio para fulminar la zaga local. Así llegaron los acercamiento más peligrosos. Las más claras fueron para Amaiur y Franssi. La donostiarra encontró el espacio tras una brillante pared con Jensen, pero su zurdazo cruzado lo blocó la portera local. La finesa, por su parte, sigue negada de cara portería. Se le vio falta de confianza en su ocasión. Se quedó sola pisando área por la izquierda, pero dudo tanto que acabó sin tirar y se le adelantó la portera.
Ese fue un partido. A partir del minuto 37 empezó otro. Derribó Tejada a Koko, rozando el penalti, y se llevó la amarilla. En esa falta, Nanclares no fue capaz de blocar un disparo fácil, se le escurrió el balón hacia atrás, y en el rechace la colegiada se inventó un penalti y expulsión de Tejada. El primer error es compartido entre asistente y árbitra, porque el balón ya había entrado en la portería en el error de Nanclares, pero es que no hay mano por ningún sitio. El balón lo despeja una delantera local sin querer, mientras la central realista estaba en el suelo y tenía el brazo más cercano a un metro, por lo menos. Escándalo que marcó el devenir del encuentro, puesto que Pisco transformó la pena máxima, y la Real debía jugar y remontar con una menos durante 50 minutos largos.
No se rindió el equipo tras el descanso, y sacó la misma garra y carácter que los chicos en el Camp Nou, con mismo resultado, pero mayor crueldad. Lograron dominar, asfixiar e intimidar a las tinerfeñas, aunque el gol no llegaba. Natalia ajustó con Etxezarreta por Iris al descanso, y después con Jacinto y Mirari por Nerea y Franssi, pero no hubo suerte. La más clara llegó en un centro extraño desde la izquierda que botó más raro aún, tocó Mirari casi sin querer y tuvo que salvar Pisco in extremis bajo palos. Poco después pidió penalti Amaiur en un lance con Gavira, perola colegiada no estaba por la labor. El fútbol parecía que iba a ser justo con la Real y premiar así el tremendo segundo tiempo ante la adversidad. Vanegas empató en el 87 con un espectacular golazo de falta desde la frontal, con dedicatoria emotiva para la lesionada Gaby. Pero el partido aún tenía una dosis extra de crueldad para la Real. En el último suspiro, un centro lateral local no fue bien despejado ni por Etxezarreta ni Le Guilly, ambas muy blandas, y tras la prolongación de Nasello, María José anotó el 2-1 ante una Nanclares que volvió a dejar que deber. Fue encajar el gol y pitar el final Martínez Martínez. Volvió la Liga F y volvió el drama realista de esta temporada.