España se llevó el triunfo en su primer compromiso en el Mundial, pese a tener el viento en contra. Las jugadoras dirigidas por Jorge Vilda no consiguieron meter el balón dentro de la meta hasta el minuto 21 de partido, habiendo tenido diversas ocasiones de gol y dominando en todas las facetas del juego. Pero se acabaron imponiendo. Pese a ir por debajo en el marcador desde ese momento, la afición de Costa Rica continuó animando a su selección y lo hizo de principio a fin. “Nos hemos recorrido toda Nueva Zelanda para llegar hasta aquí. Venimos para el Mundial, viajamos 32 horas para venir a apoyar a la selección”, explicaron los encargados de animar a Costa Rica. “Nosotros venimos a celebrar el hecho de estar aquí. Obviamente el resultado duele, pero al final es un tema de celebrar la oportunidad de estar aquí”, concluyeron.
‘Subite al chunche’ ha sido el alma del Sky Stadium de Wellington. Se trata de un grupo de amigos que hacen un espectáculo de comedia en Costa Rica. “Creemos tanto en la selección que vamos por tierra a todos los mundiales. Este es nuestro quinto mundial, llevamos 77.000 km recorridos por tierra”. Pese a haber sufrido en la mayoría de las citas mundialistas, los momentos de éxtasis siempre les ha compensado el esfuerzo y finalmente les ha valido la pena, explicaron.
Se hicieron notar y consiguieron que todo el estadio siguiera el ritmo de Costa Rica. Cada vez que las ‘ticas’ pasaban de medio campo (la mayoría de las veces mediante pases largos y aéreos desde la defensa o hasta alguno filtrado desde la medular) los espectadores les seguían con los cánticos. “Nos dijeron que en nueva Zelanda les faltaba un poco de ‘sauer’. Al final una buena banda en un estadio puede hacer una experiencia memorable para otras personas. Aquí hay niños, hay niñas, queremos que aprendan a amar el futbol independientemente del resultado y es por eso que venimos con esta actitud, a pasarlo bien pase lo que pase”, explicó a Mundo Deportivo uno de los componentes del grupo.
Victoria sin afición
Las jugadoras dirigidas por Jorge Vilda tuvieron el apoyo de algunos neozelandeses que vinieron a animar a la Roja solo por su idealización de España como país gracias a la comida, las playas y la fiesta.
Apenas hay españoles en Wellington, los castellanoparlantes que se escuchan por las calles tienen acento costarricense. El único respaldo que tienen las internacionales españolas es el de familiares que se han podido desplazar gracias al plan de conciliación familiar que incorporó la Real Federación Española de Fútbol.