Desde la primera vez que se subió a la Ducati en el primer test en Cheste el pasado 8 de noviembre a Àlex Márquez no se le borra la sonrisa y tras las tres jornada de test en Sepang ha corroborado ese paso adelante dado en su proceso de adaptación a la GP22 que pilotará este año en las filas del Gresini Racing. Aspira a hacer un Bastianini que el pasado año en ese box se llevó cuatro triunfos y acabó tercero del campeonato. A diferencia de ‘La Bestia, Alex Márquez tiene los dos títulos mundiales en categorías inferiores frente a solo uno del italiano, así que la calidad le viene de fábrica.
“Nosotros tenemos mucho respeto por nuestros pilotos, cualquiera de los pilotos que pilota una Ducati tiene nuestra aprobación. Y Este año Alex demostrará por qué es bicampeón del mundo, creo que hasta ahora no ha tenido la posibilidad de demostrarlo”, auguraba en Sepang el team mánager de Ducati, Davide Tardozzi.
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Hay un dato que demuestra el salto dado por Alex en apenas cuatro días sobre la GP22. En octubre en la calificación del GP de Malasia Alex Márquez acabó 21º con 2’00″008. Su mejor vuelta la hizo en el FP3 con 1’59″934, única vez bajo los dos minutos en todo el Gran Premio con la Honda. Cuatro meses después ha marchado del test de Sepang con el noveno mejor tiempo y una mejor vuelta de 1’58″666. Se ha llevado el duelo familiar por 0″281 ya que Marc Márquez se clasificó décimo con 1’58″666 aunque también es cierto que el mayor de los Márquez no hizo ‘time attack’ ya que en Honda lo tuvieron trabajando en otros menesteres.
“Tengo las llaves de la casa. Espero que Marc no haya cambiado la cerradura de casa cuando vuelva (risas). Y así valoró el test de su hermano: “Conozco Honda y no me sorprende verlos persiguiendo. Sé que en Honda han renovado la plantilla, pero no se solucionan los problemas chasqueando los dedos”, aseguró Àlex.
Sobre su actuación no cabía más que optimismo: “Estoy contento con este test, cada día he dado pasos importantes, que me han permitido mejorar en la vuelta en seco y el ritmo. Junto con el equipo hemos hecho un gran trabajo y ahora tengo las ideas claras. Sé dónde soy fuerte con la Ducati y sé dónde tengo problemas y necesito mejorar. Me refiero evidentemente a la frenada, es el aspecto que me limita en este momento”.
“Con demasiada frecuencia, el tren trasero pierde contacto con el asfalto y la deceleración no es óptima. Si pudiera dar un paso adelante, podría forzar menos la parte delantera y frenar más tarde. Así que tenemos que trabajar bien, sin olvidar la posición sobre el sillín”, explicó el de Cervera.
Honda ya ha dejado de ser su problema y explica que “aquí en Ducati hay otra mentalidad. Dall’Igna es un ingeniero fantástico y cada día venía a mi garaje junto con los ingenieros de Ducati. Todos los pilotos Ducati gozan de la misma consideración y se aceptan las ideas de cada uno de ellos y siempre hay una confrontación continua”.
Del periodo Honda saca una buena enseñanza: “He tenido momentos difíciles, pero me han ayudado a ser un piloto fuerte y mejor”.