El Gobierno de Estados Unidos ha lanzado este martes una alerta por la posible aparición de infecciones por meningitis en varios de sus ciudadanos que viajaron al municipio de Matamoros (Tamaulipas) para someterse a operaciones “médicas o quirúrgicas”. Las autoridades apuntan a que los afectados contaron con anestesia epidural durante las intervenciones, y piden que las personas que hayan recibido la inyección que acudan “de inmediato” a emergencias. Hasta el momento no han especificado el número de perjudicados, pero han destacado que la infección ha provocado algunas muertes.
La meningitis es una enfermedad que provoca la inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal y que, de no contar con una atención médica inmediata, puede llegar a ser mortal. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, una agencia de salud pública estadounidense) han pedido a los ciudadanos de Estados Unidos que cancelen aquellas intervenciones realizadas en Matamoros y que necesiten la aplicación de una anestesia epidural “hasta que haya evidencia de que ya no hay riesgo”. La autoridad ha recomendado que los viajeros “practiquen precauciones mejoradas”, estableciendo el nivel 2 de alerta (en una escala de tres niveles que van de las precauciones habituales a evitar viajes esenciales). Entre los síntomas, destacan la fiebre, el dolor de cabeza, los vómitos y la sensibilidad a la luz.
Los casos ocurridos en Matamoros han traído al recuerdo la problemática de estos hongos, que acabaron con la vida de al menos 26 personas hace unos meses en Durango. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) identificó el pasado mes de diciembre la presencia de hongos y bacterias en los cuatro hospitales privados de Durango, en los que se originó un brote de meningitis. Meses antes, en octubre, una mujer llegaba al Hospital Materno-Infantil de la ciudad capitalina con fuertes dolores de cabeza. Se había sometido a una cesárea un mes antes y, sin saberlo, era la primera afectada de una cadena que terminaría con la vida de 25 mujeres y un hombre.
El nombre de Matamoros también ha devuelto un recuerdo para los dos países norteamericanos. A comienzos de marzo, cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados en la ciudad. Habían viajado para que una amiga del grupo se sometiera a una abdominoplastia, una operación de cirugía, pero de camino a la consulta del médico se perdieron y fueron secuestrados. Unos días después, aparecieron, dos muertos y dos con vida. El caso amenazaba con convertirse en un conflicto diplomático de grandes proporciones entre ambos países. Unos días después desencadenó las críticas del ala más dura de los republicanos estadounidenses, que llegaron a tratar de clasificar a los cárteles mexicanos como terroristas para justificar la incursión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la frontera mexicana.
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