Estados Unidos abre un nuevo frente en la guerra informativa contra el presidente ruso, Vladímir Putin. Washington ha hecho públicos este miércoles informes de sus servicios de inteligencia que sugieren que el presidente ruso vive engañado por sus asesores sobre la marcha real de la guerra. Así han coincidido en señalarlo la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado en lo que cabe interpretar como un paso más en una estrategia en la que lleva meses embarcada la Administración de Joe Biden: compartir toda la información de la que disponen sobre las intenciones del Kremlin para sabotear sus planes.
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El esfuerzo comenzó antes de la invasión de Ucrania, que Putin lanzó el pasado 24 de febrero, semanas después de que Washington comenzara la publicación sistemática de secretos de inteligencia para entorpecer los intentos de Rusia de crear falsos pretextos para justificar la guerra.
La directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Kate Bedingfield, ha debutado este miércoles en la comparecencia diaria ante la prensa —en vista de las bajas por coronavirus de la titular, Jen Psaki, y de la suplente, Karine Jean-Pierre— con esta afirmación: “Tenemos información de que a Putin lo ha engañado el Ejército ruso, lo que ha desatado las tensiones entre este y su Estado Mayor. Creemos que le ocultan información sobre la incompetencia de sus tropas y sobre cuánto están afectando las sanciones a la economía de su país. Sospechamos que sus colaboradores más cercanos tienen miedo a decirle la verdad”. Bedingfield ha concluido a renglón seguido que esa es la demostración de que “la guerra de Putin ha sido un error estratégico que ha aumentado la vulnerabilidad de Rusia a largo plazo y que ha dejado al país cada vez más aislado en el escenario mundial.”
“Uno de los talones de Aquiles de las autocracias es que nadie se atreve a decirle la verdad al líder de turno”, ha añadido este miércoles el secretario de Estado, Antony Bliken, durante un viaje a Argelia. “Creo que eso es exactamente lo que vemos que está pasando ahora en Rusia”.
En su conferencia de prensa diaria, John F. Kirby, portavoz del Pentágono, ha abundado, por su parte, en esa idea. “Si Putin está mal informado o desinformado sobre lo que sucede en Ucrania, es cosa de su Ejército; es su guerra, y él la eligió”, ha dicho Kirby en Washington. “Carece del contexto y no comprende completamente hasta qué punto sus fuerzas están fallando en Ucrania, lo cual, para ser honestos, es un poco incómodo”. El Departamento de Defensa estadounidense achaca esa incomprensión al aislamiento al que se sometió Putin voluntariamente durante la pandemia y a su tendencia a reprender públicamente a los asesores que no comparten sus puntos de vista. Eso habría provocado que los colaboradores le hayan entregado informes demasiado optimistas sobre los avances de Rusia en Ucrania.
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En lo que parece una acción coordinada entre aliados, un alto cargo del espionaje británico ha incidido en el mensaje de Estados Unidos pocas horas después desde Australia. Sir Jeremy Fleming, director de la agencia de vigilancia electrónica del Reino Unido, ha hablado desde la Universidad de Canberra sobre la baja moral y la incompetencia de las tropas rusas, así como de problemas de abastecimiento militar y de alimentos. También ha dicho que los servicios de su país tienen indicios de que algunos soldados rusos se han rendido o saboteado sus propios vehículos para evitar entrar en combate.
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