Estados Unidos destruye un dron iraní en plena escalada de tensión en el estrecho de Ormuz



El presidente Donald Trump en la Sala Este de la Casa Blanca. En vídeo: declaraciones de Trump. AP

La escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán ha avanzado varios metros este jueves. El presidente de EE UU, Donald Trump, ha informado de que un barco de la marina estadounidense “destruyó” un dron iraní en el estrecho de Ormuz. El mandatario ha explicado en la Casa Blanca que el avión no tripulado ignoró los “múltiples” llamamientos a que se retirara del área, pero este siguió avanzando hasta estar “muy, muy cerca” del buque de guerra USS Boxer. El aparato “amenazaba la seguridad de la nave y a su tripulación” por lo que fue “destruido de inmediato”, ha concluido el republicano.
Hace cinco semanas, Teherán derribó un dron de EE UU, denunciando que había entrado en su espacio aéreo en misión de espionaje, algo que desmintió Washington. El episodio casi desencadena un ataque aéreo de represalia, pero Trump canceló la misión porque iba a costar 150 vidas y le pareció “desproporcionado”.
“Esta es la última de muchas acciones provocativas y hostiles de Irán contra los buques que operan en aguas internacionales”, ha sostenido Trump. El mandatario ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que condenaran “los intentos de Irán de perturbar la libertad de navegación y el comercio mundial”. Además, ha defendido que EE UU se reserva “el derecho de defender a nuestro personal, nuestras instalaciones e intereses”, que en este caso se vieron amenazadas por un dron que llegó a estar a menos de 900 metros de un buque de guerra estadounidense. El portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, ha confirmado lo ocurrido y ha reiterado que la acción militar buscó a “garantizar la seguridad de la nave y su tripulación”.

El buque de guerra USS Boxer, en 2016. C. Z. AFP

Irán ha respondido que no tiene constancia de haber perdido ningún dron iraní. “No tenemos información sobre la pérdida de un dron hoy”, ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, al llegar a la sede de las Naciones Unidas para una reunión con el Secretario General, Antonio Guterres.
Cuando la Guardia Revolucionaria de Irán derribó el dron estadounidense en el estrecho de Ormuz, el general Hosein Salami, citado por PressTV, sostuvo que era “un claro mensaje a América [de que] nuestras fronteras son la línea roja de Irán y que reaccionaremos enérgicamente contra cualquier agresión”. A pesar de que aclaró que Irán no estaba buscando guerra, sí remarcó que estaban “plenamente preparados para defender la patria”.
La respuesta de Washington se abortó. “Estábamos preparados para responder desde tres posiciones cuando pregunté cuántos morirían. ‘150, señor’, fue la respuesta de un general. Diez minutos antes de la ofensiva, lo paré. No era proporcionado al derribo de un dron no tripulado. No tengo prisa”, dijo Trump el pasado 22 de junio.
La acción militar de Washington se ha producido el mismo día que la Guardia Revolucionaria iraní interceptó “un petrolero extranjero” cuya nacionalidad no ha identificado y al que acusa de “contrabando de carburante” en el golfo Pérsico. Hace poco más de un mes, Estados Unidos y sus aliados árabes responsabilizaron a Teherán del ataque a dos petroleros en el golfo de Omán, donde otros cuatro buques habían sufrido un sabotaje semanas atrás, aumentando la tensión en la región. A esto hay que sumarle la política de “máxima presión” aplicada por Washington desde mayo de 2018, cuando Trump optó por abandonar el acuerdo nuclear de 2015 y restableció las sanciones paralizantes sobre la economía iraní.


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