Estados Unidos sabe que no puede volver a perder la batalla de la pintura como lo hizo ante Montenegro. Ante la selección balcánica, el puro talento y su gran capacidad atlética para armar contraataques tras las pérdidas del rival les permitió salvar la papeleta y sellar así su pase a cuartos de final. Todavía invictos, los estadounidenses encaran otro reto de altura contra la Lituania de Jonas Valanciunas, otra torre de la NBA que se les cruza en el camino (14:40 horas, Gol Mundial / Courtside 1891).
Para fortuna de ambas selecciones, el encuentro es poco más que un entrenamiento de lujo antes del arranque de la fase final el martes. Para el Team USA, será una oportunidad excelente para sacudirse de una vez por todas sus modestos arranques de partido a lo largo del torneo. También para remover una vez más las alineaciones y dar con la tecla para defender a equipos con pívots de pura cepa. Contra Nikola Vucevic, de los Chicago Bulls, sufrieron más de lo esperado. Se unieron al líder montenegrino Marko Simonovic y Bojan Dubjlevic, que ni siquiera aparecían en su radar de enemigos esperados.
Para alivio de Kerr y compañía, pudieron sacar adelante un encuentro que no fueron capaces de romper hasta que quedaba minuto y medio de encuentro en el casillero. Su suerte fue la misma que en primera ronda. Andan sobrados de talento, y con eso les ha bastado hasta ahora. “Se lo hemos complicado todo lo que hemos podido, pero al final, la calidad prevalece”, se resignaba Vucevic al analizar el esfuerzo de los suyos.
La sangría en el rebote (31-49) no se puede repetir. “Tenemos que conseguir frenar a los rivales, cazar rebotes para que no puedan fijar la defensa todo el rato. Si pueden hacerlo, van a embutir la pintura y nos obligarán a lanzar desde fuera”, analizaba Anthony Edwards, negado en el tiro exterior el viernes. A pesar del tembleque contra Montenegro, los estadounidenses siguen mostrándose impertérritos de cara a la galería. “¿Presión? Ninguna”, decía la estrella del Team USA.
Otra tarea pendiente para los americanos es salir más enchufados en el primer cuarto. En tres de sus cuatro choques hasta ahora se han visto en el agujero de salida: debutaron en el Mundial 4-14 abajo contra Nueva Zelanda, luego 2-6 contra Grecia y después 4-11 contra Montenegro. El fango balcánico fue un aviso para navegantes en el vestuario americano, que quiere acceder a cuartos invicto y corregir de una vez por todas sus puntos débiles más transparentes en este Mundial.
Lituania, con el azulgrana Rokas Jokubaitis de dulce –13,8 puntos, 3,3 rebotes y 5,5 asistencias con un 50% de acierto en tiros de campo y un 70% en triples–, presenta a los estadounidenses un reto ideal para subsanar errores y apuntalar su juego defensivo y presencia en la pintura. Sin la presión añadida de una eliminación temprana todavía, probablemente salgan más sueltos que nunca en lo que va de campeonato, dispuestos a zanjar cualquier tipo de debate sobre sus aspiraciones al oro.