Cuatro detenidos clave del magnicidio de Jovenel Moïse han sido trasladados a Estados Unidos. El Departamento de Justicia ha informado este martes que los hombres, vinculados con el asesinato del presidente cometido el 7 de julio de 2021, han sido trasladados para ser procesados en tribunales del Distrito Sur de Florida. Los cuatro implicados aparecerán la tarde de este miércoles por primera vez ante una jueza estadounidense. Washington ya tiene bajo custodia, en total, a siete sospechosos del homicidio que profundizó aún más las crisis de violencia y democrática que vivía el país caribeño, que ha sido incapaz de hacer avanzar los procesos judiciales de los presuntos responsables a nivel local.
Los detenidos que han llegado esta semana a territorio estadounidense son James Solages, de 37 años y Joseph Vincent, de 57, quienes tienen la doble nacionalidad de Haití y Estados Unidos; el colombiano Germán Alejandro Rivera García, de 44, y Christian Sanon, de 54. Los primeros tres enfrentarán cargos por organizarse para cometer un asesinato o un secuestro. Podrían ser condenados a cadena perpetua de ser encontrados culpables. Sanon es un pastor religioso, médico y hombre de negocios. Ha sido considerado clave en el complot que llevó a la muerte a Moïse, encara acusaciones por contrabando de bienes. Enfrenta una pena máxima de 20 años de prisión. El proceso judicial iba a comenzar en marzo, pero los abogados consideran que el arranque será postergado, ya que los siete deben ser enjuiciados al mismo tiempo.
La investigación asegura que Sanon importó a Haití desde Florida 20 chalecos antibalas para su milicia. Estos llegaron a la isla marcados como si se tratara de indumentaria médica para los rayos X y otros suministros escolares. El Departamento de Justicia afirma que este personaje, quien contaba con cierto respaldo social, se reunió con James Solages al sur de Florida en abril de 2021 para orquestar un golpe que tenía como finalidad un cambio de régimen. “Después de aquella reunión, una lista de equipo y armas necesarias para la operación fue compartida con Solages, quien a su vez la compartió con Sanon”, señala Washington a través de un comunicado. Aquella lista incluía rifles, metralletas, latas de gas lacrimógeno, granadas de mano, municiones y los chalecos antibalas, que fueron exportados sin el debido papeleo (este será uno de los cargos que Solages tendrá que enfrentar en las cortes).
Un mes después de aquella reunión, en mayo de 2021, Sanon comenzó a adquirir todos los elementos de la lista. Estos serían necesarios para armar una milicia privada formada, principalmente, por unos 20 colombianos con entrenamiento militar. Rivera García era la cabeza de este grupo de mercenarios a las órdenes de Sanon, quien tenía motivaciones políticas y pretendía heredar el poder después de deponer a Moïse. En total, hay 18 ciudadanos colombianos acusados del magnicidio, quienes esperan en la cárcel que se desarrolle el juicio por el homicidio.
Dos meses antes de que Moïse fuera asesinado, Jospeh Vincent mandó un mensaje a Solages de un gato que reaccionaba asustado a un tiroteo. Esto provocó la risa a quien ha sido considerado uno de los autores intelectuales del magnicidio. “Esa es la reacción que Jovenel tendrá si es que ustedes siguen adelante”, escribió el detenido a Solages, de acuerdo al documento judicial. El pastor respondió: “El gato no volverá… Y créeme, hermano, estamos tomando la decisión final”.
A inicios de junio, la conspiración sufrió un matiz, de acuerdo a Justicia. Solages, Vinvent y Rivera se comunicaron para discutir el arresto del presidente de 53 años y sacarlo del país para ser llevado a una ubicación que no fue revelada. Pero los conspiradores fracasaron en conseguir una aeronave, por lo que el plan se modificó nuevamente. Un día antes del homicidio, los sospechosos se reunieron en una casa cerca de la residencia presidencial. En ese edificio se repartieron las armas y el equipo con las que se perpetró el golpe.
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Sabiendo lo que iba a ocurrir, Solages se encargó de diseminar la versión de que la CIA estaba preparando una operación que tenía como fin deponer a Moïse. Minutos antes del asesinato, el acusado gritó que era en realidad una maniobra de la DEA, la agencia antinarcóticos de Washington.
El FBI, el Buró de Investigación Federal y la oficina de Miami del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos fueron las dos instituciones encargadas de realizar la investigación que robusteció la acusación de los personajes involucrados. Las pesquisas hicieron posible que las autoridades haitianas detuvieran a los implicados, quienes fueron capturados en Haití y que después dieron entrevistas a los agentes estadounidenses, contando sus versiones. Además de los mencionados, EE UU tiene en su poder a Rodolphe Jaar, un exinformante de Washington que fue extraditado desde República Dominicana, el exsenador John Joël Joseph y Mario Antonio Palacios, otro de los milicianos colombianos.
Muy poco ha pasado desde entonces. El caso avanza lentamente desde que las autoridades judiciales de Puerto Príncipe nombraron a un juez en 2022, el quinto, para que instruyera el caso. Los cuatro anteriores fueron despedidos o se recusaron por motivos personales. Algunos jueces han sido amenazados de muerte para que no tomen las riendas de un juicio que está muy lejos de llegar a la justicia.
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