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Estados Unidos restringe las visas a las mujeres embarazadas



La Administración de Donald Trump no ha ocultado nunca su rechazo al conocido como turismo de maternidad, llegando incluso el presidente de Estados Unidos a criticar y cuestionar la cláusula constitucional que garantiza la ciudadanía a los bebés nacidos en territorio americano. Siguiendo esta lógica, el Departamento de Estado ha anunciado este jueves importantes restricciones en las peticiones de visas para aquellas mujeres que viajen a EE UU con el propósito último de dar a luz en este país y garantizar así un pasaporte norteamericano a sus hijos. A estos bebés, los sectores más conservadores contrarios a la inmigración los denominan con el término despectivo de anchor babies, bebés anclas que supuestamente utilizan los padres para quedarse en EE UU, e incluso traer a otros familiares cuando cumplen los 21 años.
La denegación de las visas quedará a cargo de los agentes consulares que deberán de determinar si consideran que una mujer está viajando a Estados Unidos con el propósito último de que su bebé nazca en este país. Es en este punto donde el proceso se vuelve confuso y los detalles que este jueves ofrecía el departamento de Estado no arrojaban mucha luz. Los funcionarios de los consulados que realizan la entrevista para conceder las conocidas como visas B1 o B2 -visas de turismo o negocios- deben de llegar a la conclusión de que la mujer pretende ser madre en Estados Unidos sin preguntarle abiertamente si está embarazada o tiene planes de estarlo a su llegada al país. Por cierto, estas visas tienen un periodo de validez de 10 años, con lo que puede que una mujer determinada sí decida ser madre en Estados Unidos algunos años después de que se le conceda la visa.
El agente consular denegará la visa “cuando llegue a la conclusión de que el principal motivo del viaje de la solicitante es dar a luz en EE UU para otorgar la ciudadanía a su futuro bebé”. ¿Es válida una simple mirada o la mera sospecha de que está embarazada para denegar la entrada? De nuevo, la respuesta de la diplomacia norteamericana fue la misma: “Tiene que determinarse que el motivo del viaje es dar a luz”. Según insistió uno de los funcionarios del Departamento de Estado durante la conversación telefónica con los periodistas, “a esa conclusión puede llegar el trabajador del consulado durante la entrevista sin demasiados problemas”.
La portavoz de prensa de la Casa Blanca eleva la magnitud del cambio en la normativa ya que se hacía necesario “para aumentar la seguridad pública, la seguridad nacional y la integridad de nuestro sistema de inmigración”. “La industria del turismo de maternidad amenaza con sobrecargar los valiosos recursos que poseen nuestros hospitales y está rodeada de actividades criminales”, asegura la Casa Blanca. La restricción de visas para embarazadas “defenderá a los contribuyentes para que los dólares que han ganado con esfuerzo no se canalicen a financiar los costes directos y futuros asociados con el turismo de maternidad”, asegura la Casa Blanca.
Las mujeres que soliciten una visa para entrar en el país para recibir asistencia médica específica deberán de probar que tienen concertado un tratamiento concreto y que poseen el dinero necesario para pagarlo. También se les dejará claro en el momento de solicitar la visa que “es inadmisible” visitar Estados Unidos con el motivo final de dar a luz.
El Departamento de Estado considera en las nuevas disposiciones, que entran en vigencia este viernes, que “visitar Estados Unidos con el propósito principal de darle ciudadanía estadounidense a un bebé no es una actividad legítima para un viaje de placer o recreativo”. Trump se enfrenta a su reelección en noviembre y ha hecho de la inmigración legal e ilegal su bandera para la campaña de 2020.
“Es totalmente absurdo que la Administración de Trump esté convirtiendo a los empleados de las oficinas consulares en policías de la reproducción”, declaró a la agencia Reuters la directora de la organización Inmigration Hub, Kerri Talbot. “Las mujeres que estén embarazadas tendrán que ocultar su embarazo para poder obtener una visa de turismo para entrar en Estados Unidos”, puntualiza Talbot.
Según cifras del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), cerca de 9.300 niños cuyas madres eran extranjeras nacieron en Estados Unidos en 2017. Para el Centro para Estudios de Inmigración (CIS, en inglés), sin embargo, cada año hay unos 20.000 partos de mujeres que llegaron al país con visas de turista y luego se fueron de Estados Unidos.


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