La Administración de Donald Trump redobla la presión para asfixiar al régimen de Nicolás Maduro. El Departamento del Tesoro estadounidense ha anunciado este martes sanciones contra Rosneft Trading, la filial comercial de la compañía petrolera estatal rusa Rosneft, y contra su presidente, el portugués Didier Casimiro, por ayudar a Venezuela a comercializar su crudo. El secretario de Estado Mike Pompeo ha sostenido que con esta acción se le está “cortando la línea de vida principal de Maduro” para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos en el sector petrolero venezolano.
“Esta es una reacción al creciente y cada vez más importante papel de Rosneft en los asuntos de Venezuela, particularmente en el transcurso del año pasado”, ha defendido un alto funcionario de la Administración en una conferencia telefónica. Rosneft, con sede en Suiza, “está evadiendo activamente las sanciones”, ha añadido.
La acción congela todos los activos que Rosneft Trading SA y Casimiro tengan en Estados Unidos o bajo control de alguna institución financiera estadounidense. El Departamento del Tesoro dio 90 días a las empresas para suspender las transacciones con la filial y advirtió que cualquier compañía que haga negocios con la empresa sancionada también podría ser incluida en la lista negra.
Las nuevas sanciones son parte de una amplia campaña estadounidense para presionar a Maduro a que abandone Miraflores. Estados Unidos y casi otros sesenta países consideran que la reelección del líder chavista en 2018 no fue legítima y reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado. “Es un nuevo paso muy significativo para presionar al régimen de Maduro”, ha explicado Elliott Abrams, representante de Estados Unidos para Venezuela, en un encuentro con periodistas. “Pero habrá más pasos en las próximas semanas y meses”.
Hasta ahora el Tesoro estadounidense había sancionado directamente al régimen venezolano, pero en esta ocasión actúa contra una compañía extranjera que opera con el Venezuela. Según Abrams, “Rosneft Trading controla un 70% del crudo venezolano”.
Washington ya había advertido a diferentes empresas energéticas, entre ellas la estadounidense Chevron y la española Repsol, sobre los riesgos de operar con el régimen. Repsol recibe periódicamente crudo venezolano como pago de deuda por parte de la estatal PDVSA. “Repsol siempre ha cumplido las leyes y las sanciones estadounidenses, en todas sus actividades”, ha asegurado Abrams. “En conversaciones previas, siempre nos han dicho que son una compañía global que cumple la ley. Tendremos más conversaciones con oficiales españoles y con Repsol. Esperamos que, a medida que avancemos, algunas de las actividades de Repsol tendrán que cambiar. Y eso es cierto también para otras compañías petroleras extranjeras en Venezuela”.
Un año después de que Estados Unidos reconociera a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, la Casa Blanca ha aprobado varias rondas de sanciones que han afectado a 75 empresas y 51 personas. Hoy, la Administración Trump está convencida de que el Kremlin es el verdadero sostén del régimen de Maduro. La convicción es que solo cortando sus lazos económicos con Moscú se podrá ver la caída de Maduro. “Todo lo que hemos visto de Rusia este año ha sido negativo y perjudicial para Venezuela”, ha explicado Abrams. “En medio de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, ¿qué hace Rusia? Esparcir el dinero del país hacia fuera”, ha denunciado.
“Rusia, usando a Rosneft, ha saqueado nuestras riquezas para su beneficio y a costa del sufrimiento del pueblo de Venezuela. Se ha convertido en el país que mayor apoyo le ha dado a la peor tiranía de la región. Es responsable de la tragedia también”, ha publicado en Twitter el embajador venezolano en Estados Unidos Carlos Vecchio.
A principios de mes, Donald Trump y su equipo se reunieron con Juan Guaidó en la Casa Blanca, donde debatieron los siguientes pasos en la campaña de presión al régimen de Maduro. El equipo de Guaidó salió convencido del vigor del compromiso del presidente estadounidense con su causa. “Va a haber acciones en los próximos días o semanas para incrementar la presión al régimen de Maduro”, aseguraba Vecchio, en una entrevista con EL PAÍS.
La situación en Venezuela ha vuelto a un lugar prominente en las prioridades de la Administración estadounidense, después de unas semanas en que Juan Guaidó recibió el apoyo de importantes líderes europeos y fue ovacionado en el Congreso de Estados Unidos, como invitado de la Casa Blanca, en el discurso sobre el Estado de la Unión. “La causa de Guaidó tiene el apoyo de los dos partidos, como se vio en el discurso del Estado de la Unión”, ha recordado Abrams. “El presidente Trump está determinado a continuar fortaleciendo su posición en Venezuela”.
Tras “una campaña de presión de 55 semanas”, como la ha definido Abrams, Maduro sigue aferrado al poder. Pero Abrams cree que “el régimen está tratando de ver qué hace”. “Creo que les sorprendió el éxito de la visita de Guaidó a Europa, y ahora están viendo qué hacer”, asegura, en referencia a la reciente gira europea de Guaidó, en la que se reunió con líderes como la alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron o el británico Boris Johnson. En España fue recibido por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
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