Las autoridades de Estados Unidos han solicitado la extradición de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán y uno de los líderes actuales del Cártel de Sinaloa, según han confirmado fuentes federales . El Ratón, que tiene una causa abierta en una corte de Washington D.C. por tráfico de cocaína, metanfetaminas y marihuana, fue detenido el 5 de enero en un brutal operativo. Su arresto dejó 29 fallecidos, entre ellos 10 militares. La captura mantuvo sitiada la ciudad de Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, y al pueblo aledaño de Jesús María durante más de 24 horas.
Esta semana acababa el plazo para que el Gobierno estadounidense solicitara formalmente la extradición del líder de Los Chapitos, dentro del periodo legal establecido en el Acuerdo de Extradición entre México y Estados Unidos. Este lunes, un representante legal de la embajada ha entregado una carta diplomática, según Milenio, en la que se exige formalmente que Guzmán sea enviado al otro lado de la frontera para ser juzgado y la información completa del expediente que El Ratón tiene abierto en EE UU. Las autoridades estadounidenses ya habían solicitado la extradición en septiembre de 2019.
Desde su captura, dos jueces han suspendido su entrega a EE UU sin que antes se realizara un procedimiento judicial previo. Estas resoluciones no frenan el proceso de extradición, sino que obliga a que los jueces de amparo vigilen que se respete lo establecido en el tratado bilateral de extradición.
Ahora, la Fiscalía General de la República (FGR) deberá presentar el expediente ante el juez de control federal del Estado de México que lleva el proceso de extradición y solicitar una fecha de audiencia. Se prevé que en los próximos días el Centro de Justicia Penal Federal, situado en la cárcel federal en Almoloya de Juárez, programe la audiencia en la que la defensa de Guzmán López podrá tratar de evitar esta extradición.
Ovidio Guzmán fue detenido tras seis meses de seguimiento en el poblado de Jesús María, de 5.000 habitantes. De madrugada, los militares y la Guardia Nacional irrumpieron en la localidad para enmendar el fallido operativo de 2019, cuando tuvieron que liberar al narcotraficante después de haberlo arrestado por el duro embate del cartel. El pasado 5 de enero, las autoridades mexicanas consiguieron al Ratón tras una batalla campal contra decenas de sicarios que salieron a defenderlo. Desde entonces, está detenido en el Reclusorio Norte de Ciudad de México.
Una tonelada de marihuana y cinco kilos de cocaína
La Fiscalía del Distrito de Columbia acusa directamente a Ovidio Guzmán de traficar una tonelada de marihuana y al menos cinco kilogramos de cocaína, un delito grave, según la justicia estadounidense. Su acusación data de julio de 2017, pero se mantuvo clasificada hasta enero de 2019. Fue hasta septiembre de ese año, sin embargo, cuando Washington presentó la solicitud de extradición a México. Un mes después, el 17 de octubre de 2019, las autoridades mexicanas capturaron por primera vez a Guzmán en Culiacán. Los narcobloqueos, tiroteos y motines que se registraron en la ciudad hicieron que el presidente Andrés Manuel López Obrador diera la orden de liberarlo. El fiasco pasó a la historia como el Culiacanazo y significó uno de los puntos más bajos del actual Gobierno.
La orden de detención de Estados Unidos de entonces era un documento de apenas cuatro páginas acompañadas de una solicitud de confiscación de todos los bienes de Guzmán en Estados Unidos, financiados supuestamente por sus actividades criminales. Incluye la agravante de “incitación al crimen”, una figura legal en ese país que castiga cuando una persona convence a otras de que cometan un delito. No se identifica a Guzmán con ningún abogado que lo defienda en el escueto sumario judicial. Es posible que otras acusaciones presentadas ante cortes en otros Estados estén clasificadas. El Departamento de Estado ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por información que facilitara la captura del Ratón.
Las autoridades de EE UU revelaron que tienen más información sobre el poder de Guzmán de la que se ha hecho pública en los tribunales. Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López son señalados como los herederos de El Chapo y de su hermano Édgar Guzmán López, asesinado en mayo de 2008 en medio de una refriega de más de 500 disparos en un centro comercial de Culiacán. “Tras la muerte de Édgar, Ovidio y Joaquín heredaron buena parte de las ganancias del narcotráfico y comenzaron a invertir grandes cantidades de efectivo para comprar marihuana en México y cocaína en Colombia”, se lee en un perfil del Gobierno estadounidense. “Otras fuentes indican que Ovidio Guzmán López ha ordenado el asesinato de informantes, un narcotraficante y una famosa cantante mexicana que se negó a cantar en su boda”, se agrega en el documento.
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