Estados Unidos y sus socios europeos están estudiando la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso, declaró el domingo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pero subrayó la importancia de mantener un suministro estable de crudo a nivel mundial.
“Ahora estamos en conversaciones muy activas con nuestros socios europeos sobre la prohibición de la importación de petróleo ruso a nuestros países, mientras que, por supuesto, al mismo tiempo, se mantiene un suministro global estable de crudo”, dijo Blinken en una entrevista en el programa “Meet the Press” de la NBC.
Blinken, que se encuentra en la actualidad de viaje por Europa para coordinarse con los aliados contra la invasión rusa de Ucrania, añadió que el sábado habló de las importaciones de petróleo con el presidente Joe Biden y su gabinete.
Los comentarios de Blinken se produjeron mientras los precios del petróleo se han disparado en la última semana después de que Estados Unidos y sus aliados sancionaran a Rusia tras su invasión de Ucrania.
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La Casa Blanca impuso sanciones a las exportaciones de tecnologías a las refinerías rusas y al gasoducto Nord Stream 2, que nunca se ha puesto en marcha. Hasta ahora no ha apuntado contra las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, ya que el gobierno de Biden evalúa las repercusiones en los mercados mundiales y en los precios de la energía en Estados Unidos.
Al preguntársele si Estados Unidos ha descartado prohibir de forma unilateral las importaciones de petróleo ruso, Blinken dijo: “No voy a descartar tomar medidas de una manera u otra, independientemente de lo que hagan, pero todo lo que hemos hecho, el enfoque comienza con la coordinación con aliados y socios”.
Los estadounidenses son, con diferencia, los mayores consumidores de gasolina del mundo, gracias a sus grandes autos, las largas distancias y el escaso transporte público en muchas zonas, por lo que el aumento de los precios de la gasolina ha sido tradicionalmente un veneno político para sus gobernantes.
Los precios de la gasolina en Estados Unidos tocaron el domingo su máximo desde 2008. La media nacional del galón alcanzó los 4,009 dólares, según la AAA, lo que supone el nivel más alto desde julio de 2008. Los consumidores están pagando 40 centavos más que hace una semana, y 57 centavos más que hace un mes. (Rts)
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