Este es el secreto para lavar tus plumíferos sin dañarlos y que se sequen inmediatamente

Ahora que ha comenzado la primavera, es el momento de hacer el cambio de armario y guardar los plumíferos hasta el próximo invierno. Claro que antes de guardarlos los tenemos que lavar, y para que queden perfectos y no se estropeen, es importante seguir una serie de pasos muy sencillos.

¿Cómo lavar los plumíferos?

Un buen lavado y, sobre todo, un buen secado son imprescindibles para evitar que se dañen este tipo de prendas. El más mínimo error en el lavado puede hacer que se encojan o que se desgarren. En lo que respecta al secado, al estar acolchados, es complicado que se sequen del todo. Ambos problemas pueden solucionarse siguiendo una serie de pasos.

En primer lugar, debemos introducir en la lavadora, junto al plumífero, dos pelotas de tenis. Las pelotas golpean el abrigo y hacen que se mueva, impidiendo que se apelmace la prenda y se hagan arrugas y pliegues. Es el mejor truco para que las plumas queden más esponjosas.

A la hora de meter el plumífero a la lavadora, es fundamental cerrar las cremalleras, incluso las de los bolsillos, para evitar que se estropee el tejido por el roce. También tenemos que darle la vuelta a la prenda.

Si el abrigo no está muy sucio y no tiene manchas, es suficiente con programar un ciclo de lavado a 30 grados. Añadimos un detergente para prendas delicadas para evitar que las plumas se apelmacen y cuidar las fibras. El centrifugado debe ser de alta velocidad para eliminar tanta agua como sea posible. De lo contrario, la plumas podrían secarse mal y pudrirse.

A la hora de secar el plumífero, podemos hacerlo en la secadora o al aire libre. Si tenemos secadora en casa, debemos utilizar un programa lento y a baja temperatura. Al igual que en la lavadora, podemos añadir un par de pelotas de tenis para esparcir las plumas y que la prenda recupere su forma inicial.

Pero, si no tenemos secadora, no pasa nada. Colocamos el abrigo en una superficie plana, procurando que no le dé directamente la luz del sol. No es una buena idea colgarlo, porque así las plumas se amontonarán por el peso en la parte inferior.

De vez en cuando, agitamos el plumífero mientras se seca para que las plumas se vayan distribuyendo por todo el interior. Antes de guardarlo hasta el próximo invierno, tenemos que asegurarnos de que está completamente seco.


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