Este es uno de los sitios ocultos con cascadas que enamoran en Madrid y muy pocos conocen

En la ciudad de Madrid, hay lugares que son bien conocidos por todos, como la Puerta del Sol, la Plaza Mayor o el Parque del Retiro. Sin embargo, hay otros que pasan completamente desapercibidos para locales y turistas, pero que también merecen muchísimo la pena. Es el caso de este sitio oculto con cascadas en Madrid, situado a apenas unos minutos de Plaza España.

Lo hemos conocido gracias a la cuenta de Instagram @derutapormadrid, que describe el lugar como «un remanso de paz en mitad del asfalto de Madrid, con sus cascadas, sus puentes, el caminito que va al lado del manantial…».  Se trata del Manantial de la Salud del Arroyo de San Bernardino que, junto con la Fuente de la Salud del Parque del Oeste, es uno de los enclaves hídricos más importantes del Madrid histórico. Ambos se encuentran en el Parque del Oeste.

Manantial de la Salud del Arroyo de San Bernardino

El Arroyo de San Bernardino discurre paralelo al Paseo de Ruperto Chapí. Se trata de un antiguo afluente del río Manzanares, que en la actualidad es un cauce artificial de 600 metros de longitud. Está muy bien acondicionado, con un precioso sendero y abundante vegetación. Un lugar estupendo para pasear, estar en contacto con la naturaleza y desconectar del bullicio de la ciudad.

Junto al emplazamiento en que se encuentra esta fuenta, ya aparecía un manantial en el plano de Nogueira del año 1848, aunque la configuración actual es posterior a la Guerra Civil. Todo apunta a que se construyó durante la restauración del parque en la década de los años 40.

Durante mucho tiempo, fue un lugar muy apreciado por los madrileños, que iban a llenar recipientes, ya que al agua le atribuían propiedades curativas para enfermedades renales. Incluso se planteó la posibilidad de construir un balneario, hasta que en la década de los años 60 se realizó un análisis de las aguas y se comprobó que estaban contaminadas por infiltraciones desde el alcantarillado del barrio de Argüelles.

Fue entonces cuando se decidió clausurar los caños. Más adelante, se pensó recuperar la fuente con aguas de la red del río Lozoya, un proyecto que nunca se llevó a cabo. A día de hoy, arroja agua por los caños, pero hay carteles advirtiendo de que el agua no es potable.

Este es uno de los sitios ocultos más bonitos e interesantes de Madrid, y cualquier momento del año es bueno para visitarlo.




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