Por supuesto que no se puede equiparar con un Sevilla-Betis, un Real Madrid-Atlético o, sin ir más lejos, con un Barça-Espanyol, pero el Espanyol-Girona, guste o no, ya se ha convertido en un derbi. Claro está que, por historia y por potencial e unos y otros, los objetivos del conjunto blanquiazul deberían ser más ambiciosos que los del rojiblanco, pero esa circunstancia no está reñida con que pueda tratarse de un derbi. Y a nadie se le escapa que este encuentro no es uno más en el calendario ni para la afición perica ni para la de Montilivi.
‘Encuentro deportivo de rivalidad local o regional, generalmente futbolístico’, dice la RAE como definición de ‘derbi’. Encaja. Porque basta con echar un vistazo a la grada del RCDE Stadium ayer para comprobar que el espanyolismo entiende que el Girona, vecino catalán, no es un rival cualquiera. Por el ambiente hostil que se encuentra el Espanyol en Montilivi, por el hecho de que el Girona venció en sus tres anteriores visitas a Cornellà-El Prat, o por lo que sea, la rivalidad, y por el ende el derbi, existe, y no hay nada de malo en ello.
Como tal, sobre el césped el encuentro discurrió con intensidad, aunque a buen seguro que en el ello influyó también que los de Diego Martínez saltaron al terreno de juego estando en zona de descenso al haber ganado sus compromisos del viernes tanto el Cádiz como el Celta.
No se regaló un balón. No se evitó meter la pierna en ninguna disputa. Y, en definitiva, los futbolistas hicieron que sus respectivas aficiones estuvieran orgullosas de ellos, cuanto menos, por la gallardía con la que se emplearon.
No obstante, aludiendo a esto último, los poco más de 20.000 pericos que estoicamente aguantaron el frío que corre por la ribera del Llobregat experimentaron toda una montaña rusa de emociones en un solo un partido. De llegar con el subidón de empatar en el Camp Nou y eliminar al Celta en Copa al jarro de agua fría del 0-1. De ahí, al dulce elixir de una remontada. Y al final, el desasosiego de que de nuevo se escape el triunfo. Necesita varios el Espanyol, y los necesita ya.