Ni en la portería rival, ni en la propia. Los goles ni entran ni salen en el Real Madrid, y eso, en un momento en el que se acusa la sequía goleadora como uno de los principales problemas a atajar, se recoge como algo positivo más que negativo.
12 goles en 18 jornadas. Una cifra que no se veía en el conjunto blanco desde la temporada 1987/88, cuando los porteros merengues eran Buyo y Ochotorena. Por aquel entonces se cerró el curso con 26 goles en contra, algo que Courtois y Areola, 31 años después, esperan, como mínimo, igualar.
Y es que después de una pretemporada en la que se encajó demasiado (18 goles en seis partidos), Zidane parece haber echado el cerrojo. También Courtois, el primer portero de los blancos que ha vuelto al nivel que se esperaba tiene su parcela de mérito.
Como también la tiene la defensa. Conformada principalmente por Carvajal, Ramos, Varane y un lateral zurdo a turnos entre Mendy o Marcelo que sostiene al equipo. Y, por no olvidarse de ningún jugador, lo cierto es que sería injusto no citar a Casemiro. Indiscutible para Zidane en su esquema y sin el que no se entiende el equilibrio defensa – ataque en el vestuario merengue.
Así pues, de esta manera, el Real
Madrid es como está navegando por el curso de esta temporada. Siendo más cauto atrás, algo con lo que Zidane está encantado. Ahora, solo falta que esa facilidad que tienen para no encajar goles, la encuentren en la tarea de meterlos que, si no es lo más, resulta igual de importante que la de no recibirlos.
Source link