Esto es lo que realmente diferencia la sopa de ajo de la sopa castellana

La dieta mediterránea, y en concreto la comida española, es una de las más ricas, variadas y saludables del mundo. Tenemos una variedad gastronómica tan amplia que elegir el plato más rico de España es todo un reto. Tortilla de patata, salmorejo, paella, migas manchegas, pulpo a la gallega, fabada asturiana… ¡Son muchos los platos españoles que arrasan dentro y fuera de nuestras fronteras, pero hay uno que nos apetece especialmente cuando llega el mal tiempo! No son otros que la sopa castellana y la sopa de ajo.

Es verdad que en muchas ocasiones nos referimos a la sopa castellana como sopa de ajo y viceversa, pero no son exactamente lo mismo. Aunque tienen rasgos en común y puede ser complicado diferenciar estos platos, también tienen muchas diferencias. Ambas recetas nacieron en Castilla y León y eran un almuerzo muy frecuente entre los campesinos.

La carencia de alimentos durante épocas de hambruna llevó a los campesinos a mezclar en una olla pan duro con ajo, sal y pimentón. El resultado fue un plato que ha sabido sobrevivir al paso del tiempo, y en la actualidad es uno de los principales emblemas de la gastronomía española.

La diferencia entre sopa castellana y sopa de ajo

En lo que respecta a la diferencia entre la sopa castellana y la sopa de ajo, es mínima. El caldo de la castellana es más acuoso. Mientras, el caldo de la de ajo es más denso porque se deja más tiempo reposar, de forma que el pan absorbe todo el caldo.

La sopa costellana, en su origen se elaboraba con ingredientes muy básicos y humildes: pan duro, ajos, un poco de aceite o grasa, pimentón y agua. A medida que han ido pasando los años, aunque ha sabido mantener su esencia, se han ido añadiendo otros ingredientes para potenciar su sabor como caldo en lugar de agua, jamón, chorizo y huevo.

Platos típicos de Castilla y León

Además de la sopa castellana y de la sopa de ajo, hay otros platos típicos de Castilla y León que merece la pena conocer y, por supuesto, probar.

  • Morcilla de Burgos: conocida en el mundo entero, la morcilla de Burgos es una delicia para el paladar. Se elabora con sangre de cerdo, arroz y cebolla.
  • Cochinillo: consumido principalmente en la provincia de Segovia, el cochinillo tiene un gran poder calórico. Se prepara asado, de tal forma que la piel quede crujiente y tostada y la carne jugosa.
  • Arroz a la zamorana: el arroz a la zamorana se prepara con arroz, oreja y manitas de cerdo según la receta tradicional.

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