El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) ha propinado este miércoles un fuerte tirón de orejas a Francia por los obstáculos que pone a repatriar a niños y mujeres de los campos de detención de yihadistas en Siria. En una decisión de la Gran Cámara, es decir, una sentencia inapelable, los jueces han considerado que el Estado francés no estudió de manera apropiada y con garantías suficientes las demandas de repatriación y, por ello, le insta a “reexaminar sin demora” de nuevo dichas peticiones. El fallo se refiere al caso de dos parejas francesas con hijas y nietos en Siria, pero la decisión debería beneficiar a todas las familias galas en esa situación y también podría influir en la política de repatriación de España, otro país que se niega a traer a su territorio a estas personas, incluso a los menores, pese a las condiciones infrahumanas de los campamentos sirios en los que llevan años retenidos.
La sentencia, muy técnica, gira en torno al derecho a poder regresar al territorio del Estado del que uno es nacional, consagrado en la Convención Europea de Derechos Humanos. La clave en este caso está en la conclusión de los jueces de que Francia no estableció “salvaguardias apropiadas” que garantizaran que no hubiera arbitrariedad en el rechazo de las demandas de repatriación efectuadas por las dos familias. Estas no llegaron a recibir una explicación oficial.
“La ausencia de una decisión formal de las autoridades competentes sobre su rechazo a aceptar la demanda [de repatriación] (…) les ha privado [a los demandantes] de cualquier posibilidad de rebatir de forma significativa los motivos argumentados por esas autoridades, así como de verificar que esos motivos no son arbitrarios”, consideran los jueces en su sentencia. Por ello, continúan, ese examen de las demandas de repatriación “no ha tenido las salvaguardias apropiadas contra la arbitrariedad”.
Al menos 150 menores de nacionalidad francesa y hasta un centenar de mujeres galas continúan viviendo en condiciones de gran precariedad en los campos sirios vigilados por fuerzas kurdas, según cálculos de los familiares y organizaciones de derechos humanos que llevan años denunciando las condiciones infrahumanas de esos campamentos y el consiguiente peligro para la salud de muchos de los retenidos, especialmente los menores.
En la sentencia del TEDH, los jueces ordenan al Gobierno francés “reexaminar esas demandas, de manera rápida”, garantizando al mismo tiempo que se proporcionan, esta vez sí, las “salvaguardias apropiadas contra cualquier tipo de arbitrariedad”. Ello debería hacerse, consideran, a través de algún tipo de “mecanismo de revisión” independiente que pueda confirmar que el eventual rechazo de una demanda de repatriación de estos nacionales retenidos en el norte de Siria no está basado en una visión arbitraria de las razones “legítimas” ―ya sean de interés público o por dificultades legales, diplomáticas o materiales― esgrimidas por el Gobierno para denegar el regreso de esa persona a su país.
Según argumentan los magistrados, la Convención no garantiza a los ciudadanos franceses de los campamentos sirios (ni, por ende, a ciudadanos de otras nacionalidades) un “derecho general a la repatriación”. No obstante, matizan, ese principio debe tener en cuenta “circunstancias excepcionales”, como cuando hay riesgo para la “integridad física”, especialmente en el caso de los niños. En este sentido, el TEDH recuerda que numerosas instituciones nacionales e internacionales, entre ellas Naciones Unidas, el Consejo de Europa o la Unión Europea, han hecho repetidos llamamientos a los Estados a que repatríen de esos campamentos a sus ciudadanos. En el caso concreto de Francia, además, en febrero, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU acusó a París de “violar” los derechos de los menores franceses detenidos en Siria al no repatriarlos.
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La sentencia ha sido rápidamente celebrada por el Colectivo de Familias Unidas que reúne a los familiares de menores y mujeres yihadistas franceses y que lleva años reclamando su repatriación a Francia, y por los abogados y diputados que los acompañan en esta batalla.
Desde la caída del último bastión sirio del Estado Islámico (ISIS) en 2019 y hasta este verano, Francia se negaba a cualquier tipo de repatriación colectiva y solo se avenía a estudiar “caso por caso” las peticiones de devolver a territorio galo a los menores, en ningún caso a las mujeres (sobre los adultos, París alegaba que debían ser juzgados in situ). El Gobierno de Emmanuel Macron sin embargo dio un giro de 180 grados a comienzos de julio, cuando repatrió a 35 menores y 16 mujeres en una operación especial que, pese a las esperanzas que abrió entre los familiares de los que se quedaron atrás, no ha tenido una nueva réplica. Varios especialistas atribuyeron en ese momento la decisión de París a la inminencia de la sentencia del TEDH publicada este jueves.
De hecho, el portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran, ha recordado este miércoles que París “no ha esperado a la decisión del tribunal europeo” para actuar, en referencia a la repatriación del 5 de julio. “Ya hemos hecho evolucionar las reglas de análisis y de repatriación de los ciudadanos franceses que todavía están en el noreste de Siria”, ha dicho tras el Consejo de Ministros. “Cada expediente, cada situación humana es objeto de un examen atento, minucioso, de un acompañamiento para que su regreso se realice en condiciones humanas y bajo todas las condiciones de seguridad, evidentemente, para los franceses”.
España, que tiene a 17 niños en Siria junto a tres mujeres españolas (y una marroquí con hijos españoles), ha rechazado hasta el momento repatriación alguna.
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