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Estudio: hispanos respiran contaminación que no generan

WASHINGTON – Las personas afroestadounidenses e hispanas respiran más aire contaminado del que generan, reveló un estudio difundido el lunes.

El estudio examinó quiénes están expuestos a la contaminación de partículas suspendidas -responsable de cerca de 100,000 muertes anuales en Estados Unidos- y las distintas razas responsables de generar la polución basándose en sus hábitos de consumo, conducción y estilo de vida.

Los científicos calcularon que los hispanos respiran, en promedio, 63% más contaminación causante de decesos por males cardiacos y respiratorios, de la que generan. Entre los afroestadounidenses, la cifra es del 56%, según el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Por otro lado, las personas blancas no hispanas están expuestas, en promedio, a 17% menos contaminación del aire de la que generan.

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“Aunque las minorías contribuyen en menor medida al problema general de la contaminación en el aire, resultan más afectados por ella”, señaló el coautor del estudio Jason Hill, un profesor de ingeniería en biosistemas para la Universidad de Minnesota y quien es de raza blanca. “¿Es justo que yo cause más contaminación y que alguien más resulte afectado de manera desproporcionada por ella?”, se preguntó.

Esta contaminación proviene de chimeneas industriales, escapes de autos y otros lugares, que posteriormente se solidifica en finas e invisibles partículas que son lo suficientemente pequeñas para ingresar al torrente sanguíneo a través de los pulmones. Estas partículas, 25 veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano, representan un gran riesgo para la salud pública, señaló la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Aunque otros estudios han revelado que las minorías viven en medio de mayor contaminación, esta es una de las primeras investigaciones que combina los hábitos de compras y la exposición en un solo cálculo de desigualdad, comentó Hill.

Hill y sus colegas examinaron la contaminación de las autopistas, las fábricas que operan con carbón, las granjas porcinas y otras fuentes.

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Luego revisaron a gran escala quiénes son los que más conducen, compran más artículos y alimentos, gastan más en propiedades y utilizan mayor electricidad, y rastrearon esas compras hasta el usuario final.

“En promedio, los blancos tienden a consumir más que las minorías. Se debe a su riqueza”, indicó Hill. “Se trata principalmente de cuánto compras, no de qué compras”, agregó.

De las 103,000 muertes anuales por partículas en suspensión, 83,000 de ellas se pueden rastrear a las actividades de la población de Estados Unidos, no al gobierno ni a los artículos exportados a otros países, según el estudio.




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