Europa es un balneario: 20 baños termales donde relajar cuerpo y mente

¿Un mal día de trabajo? ¿Un disgusto? No pasa nada: hasta la madre naturaleza necesita desfogarse. A lo largo y ancho de su extensión, el planeta se toma respiros en forma de géiseres sorprendentes, desde los que invitan a un baño en los Andes hasta los que juegan con el hielo y el fuego en Islandia. Estos son algunos de los chorros de agua caliente más llamativos del mundo.

01 Un bosque de columnas de vapor

GÉISERES DEL TATIO (CHILE)

Al pensar en Sudamérica, siempre pensamos en los grandiosos picos de los Andes, pero poca gente sabe que esta colosal cordillera alberga el tercer mayor campo de géiseres del mundo y el que está a mayor altitud. Entre las nubes, a unos 4.300 metros sobre el nivel del mar, el campo del Tatio reúne 64 surtidores activos y un centenar de fumarolas efervescentes, en uno de los entornos más asombrosos del mundo. Ninguno erupciona a muchos metros de altura, pero los visitantes se quedan admirados al contemplar la enorme belleza de las numerosas columnas de vapor que se condensan en el aire glacial del amanecer. Los chorros de vapor se arremolinan y envuelven al visitante semejando una imagen del infierno, y todo ello en medio de un frío glacial y entre silbidos, como si fuera una reunión de teteras. Una red de fuentes termales, ideales para el baño, lo hacen aún más tentador.

De San Pedro de Atacama salen circuitos a las 4.00 que recorren los 95 kilómetros de distancia. Hay que abrigarse y llevar una toalla. La administración de esta zona corre a cargo de los indígenas atacameños. También se puede alquilar un vehículo en San Pedro o en Calama.

02 Un auténtico chorro de agua fría

Géser de Andernach, una pequeña ciudad alemana a orillas del Rin.
Géser de Andernach, una pequeña ciudad alemana a orillas del Rin.

GÉISER DE ANDERNACH (ALEMANIA)

Alemania es famosa por muchas cosas aunque no precisamente por sus géiseres. Pero los tópicos engañan porque aquí, concretamente en Aachen, están las fuentes termales más cálidas de la Europa continental, a unos abrasadores 74 grados. Otro hito: en la pequeña ciudad de Andernach, en la orilla derecha del Rin, provincia occidental de Renania-Palatinado, está el mayor géiser de agua fría del mundo, que se dispara inquebrantable hasta los 60 metros de altura gracias al dióxido de carbono y es una fuente de orgullo de los vecinos de Andernach.

Desde Frankfurt hay trenes a Andernach (a 132 kilómetros) que siguen la ruta del Rin, una de las más bonitas de Alemania.

03 Alivio para islas en tensión

GÉISER DE SHIKABE (JAPÓN)

Japón está inundado de onsens, los tradicionales baños termales. Esta es una tierra geotérmica (las mismas fuerzas que hacen emerger las fuentes termales se manifiestan en forma de volcanes y terremotos), pero para ser una zona tan activa el número de géiseres es escaso; no más de cuatro. En el pueblo pesquero de Shikabe, en la esquina sureste de la prefectura de Hokkaido, hay un orificio pequeño y precioso a pocos metros de la orilla del mar, que erupciona cada diez minutos mientras los visitantes disfrutan en las fuentes termales aledañas.

Shikabe está a 45 kilómetros de Hakodate, que tiene aeropuerto. El trayecto en tren dura una hora.

04 País de géiseres

GÉISER POHUTU (NUEVA ZELANDA)

Cuando los géiseres eran géiseres, Nueva Zelanda presumía de tener el mayor del mundo. El Waimangu tuvo una vida corta pero intensa: en solo cuatro años de actividad, a principios del siglo XX, arrojó chorros humeantes de hasta 300 metros de altura. Waimangu está a 20 minutos al sur de Rotorua y pasear por la zona permite ver espectaculares accidentes termales y volcánicos, como el Inferno Crater Lake, o el Frying Pan Lake, la mayor fuente termal del mundo.

El país aún presume de tener casi el 10 por ciento de los chorros en activo del planeta (todo un récord para un país pequeño), y los mejores en el Valle Termal de Whakarewarewa. Esta zona geotérmica, cerca de Rotorua, reúne más de sesenta chimeneas, siete de ellas todavía en activo. El Pohutu es la joya de la corona y cada hora libera un feroz chorro de 30 metros. La zona es además uno de los principales centros de la cultura maorí. Los propios aldeanos maoríes son los encargados de guiar al viajero y hablarle de su forma de vida y del significado de las pozas burbujeantes, las terrazas de sílice y los géiseres que, aunque inaccesibles desde el pueblo, se ven fácilmente desde varios puntos estratégicos.

Para acceder al Pohutu hay que ponerse en contacto con el Te Puia New Zealand Maori Arts and Crafts Institute, a las afueras de Rotorua.

05 Un valle salvaje y explosivo

VALLE DE LOS GÉISERES (RUSIA)

Kamchatka es una península salvaje y aislada en el extremo este de Rusia, al norte de Japón y más cerca de Alaska que de Moscú. Se extiende a ambos lados del Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que da lugar a grandes berrinches tectónicos. El valle de los Géiseres, accesible solo en helicóptero, no se descubrió hasta 1941, pero es el segundo campo geotérmico más grande del mundo con más de noventa chorros en 6 kilómetros de desfiladero. Un signo de su inestabilidad es que en 2007 un deslizamiento de tierra cubrió dos tercios del valle: muchas chimeneas quedaron bloqueadas, pero no la mayor (Velikan, el gigante).

El valle de los Géiseres forma parte de los volcanes de Kamchatka, protegidos por la Unesco. Se llega vía Petropavlovsk-Kamchatsky, la única ciudad en esta península salvaje.

06 Termas entre leones y elefantes

LAGO BOGORIA (KENIA)

Leones, leopardos, elefantes, búfalos y rinocerontes son los auténticos protagonistas de Kenia. Sin duda, los safaris son un gran negocio, pero ¿conseguirán serlo también los circuitos de géiseres? En el valle del Rift de Kenia, al norte del ecuador, está el salado lago Bogoria, poco profundo y de 35 kilómetros de largo, en una zona de orígenes volcánicos. El lago alberga la población más grande del mundo de flamencos enanos y es el mejor rincón del país para ver al gran kudu, pero esta reserva protegida es además rica en géiseres. Se han localizado 18 chorros que, junto a numerosas fuentes termales, son famosos por sus propiedades terapéuticas. En las fuentes suele haber algún que otro turista keniata, pero muy pocos extranjeros llegan hasta aquí, lo que resulta muy placentero. Se puede explorar la reserva a pie o en bici, aunque es mejor mantenerse apartado de la pequeña población de búfalos. Hay que entrar en el parque por la puerta Loboi para llegar directamente hasta las fuentes termales.

El lago Bogoria está 260 km al norte de Nairobi. En el Lake Bogoria Hotel se disfruta de las propiedades rejuvenecedoras de las aguas termales.

07 Entre el hielo y el fuego

GEYSIR Y STROKKUR (ISLANDIA)

En los albores del turismo de géiseres, quienes visitaban la atracción estrella de Islandia estimulaban las erupciones arrojando objetos extraños a la chimenea, y claro, el chorro que dio nombre a todos los géiseres enfermó. Las columnas se fueron reduciendo hasta que, en 1916, el Geysir dio su último estertor. Pero la actividad volcánica lo ha reavivado, aunque ahora Haukadalur tiene otro protagonista, su hermano menor, el Strokkur, que se ha convertido en una celebridad gracias a su actividad frecuente; erupciona cada ocho minutos, suficiente para evitar que los turistas impacientes lo obstruyan con porquerías. Los géiseres son solo una de las manifestaciones volcánicas: a veces el agua sale a la superficie en forma de manantiales, piscinas y ríos termales que se convierten en magníficas piscinas geotermales y spas. Los más bonitos son los baños naturales de Mytvan y la Laguna Azul.

Los circuitos al Geysir forman parte de la ruta Golden Circle, junto a las cascadas de Gullfoss y al histórico Parlamento de Þingvellir. También es fácil llegar por tu cuenta en coche conduciendo 125 kilómetros desde Reikiavik.

08 Géiseres salvajes

PANGALU (PAPÚA NUEVA GUINEA)

¿Cuál es la capital de Papúa Nueva Guinea? Buena pregunta. Pocos países resultan todavía tan desconocidos como este, un estado poco desarrollado y uno de los últimos rincones por explorar. Pertenece también al Cinturón de Fuego del Pacífico, donde las erupciones volcánicas, los terremotos y los tsunamis son frecuentes. Sí, también hay géiseres. A mitad de camino por el lado este de la península de Willaumez, en la céntrica isla de Nueva Bretaña, el campo geotérmico de Pangalu exige algo de esfuerzo para llegar, pero hay una buena recompensa en forma de fuentes termales, pozas hirvientes, fumarolas, pozas de lodo y un montón de pequeños géiseres.

La capital de Papúa Nueva Guinea es Port Moresby. Las islas tienen un clima tropical, pero de mayo y octubre se considera estación seca.

09 Los géiseres del oso Yogui

STEAMBOAT (YELLOWSTONE, EE UU)

En realidad, el famoso parque nacional de Yellowstone está en la caldera de un súper volcán, lo que le da una ventaja cuando se trata de grandeza geotérmica. Alberga alrededor del 50% de los géiseres activos del mundo, entre ellos algunos de los más famosos, como el fiable Old Faithful, y también el más grande, Steamboat, aparentemente amable y ubicado en la cuenca del géiser Norris. Aunque lanza chorros de hasta 90 metros, no erupciona con mucha frecuencia, pues entre un gran chorro y otro pueden llegar a transcurrir cincuenta años; tampoco pueden predecirse erupciones menores. Se encuentran en la Upper Geyser Basin, la mayor densidad de fenómenos geotérmicos del parque. Algunos preciosos como el Grand Prismatic Spring, la fuente termal más bonita, están en la Midway Geyser Basin.

Yellowstone abre todo el año. En temporada alta se llena; en otoño hay menos gente, pero puede nevar, y mucho.

10 Los inalcanzables

TRITÓN (LUNA DE NEPTUNO)

Está a más de cuatro mil millones de kilómetros de la Tierra, no es fácil llegar, pero Tritón, la luna de Neptuno, despide ráfagas tremendas, como las de un reactor. En 1989, la misión espacial Voyager 2 captó imágenes de plumas gaseosas de nitrógeno lanzadas a más de ocho kilómetros de la superficie que arrojaban residuos de polvo a más de 150 kilómetros de distancia; el géiser más grande de nuestro planeta, el extinto Waimangu (Nueva Zelanda), subía a 300 metros. Más cerca de casa, los científicos creen que en Marte hay erupciones similares, pero nadie las ha visto. Solo hay que presentarse voluntario a la NASA para ser el primero. Hasta entonces, se puede hacer un circuito guiado por algún observatorio importante, como los de Paranal o La Silla en Chile (www.eso.org) o como lo más cercanos de Calar Alto, en Almería, Roque de los Muchachos, en La Palma, el observatorio del Teide en Tenerife o el de Sierra Nevada, en Granada.

Más información en la guía Lonely Planet 1000 lugares únicos y en www.lonelyplanet.es

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