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Existe desde hace 1.400 años

Ciertamente es posible encontrar negocios familiares y negocios que han existido durante mucho tiempo, transmitidos de padres a hijos y de hijos a hijos. Sin embargo, estamos seguros de que ninguno de estos se puede comparar con Kongō Gumi , una empresa japonesa que ha existido de forma ininterrumpida durante más 1.400 años . Conozcamos ahora más sobre la curiosa historia sobre la que está considerada como la empresa más antigua del mundo.

Esta es la empresa más antigua del mundo: Existe desde hace 1.400 años

Kongō Gumi es una empresa familiar que se especializa en la construcción de templos. Todo comenzó en el 578 d.C. , cuando un famoso constructor coreano llamado Shigemitsu Kongo fue enviado a la tierra del Sol Naciente para construir un templo budista. El budismo era una nueva religión en Japón en ese momento, y no había muchos artesanos capaces de construir templos.

Kongo, el protagonista de la historia, recibió el encargo de construir el «Templo de los Cuatro Reyes Celestiales», que todavía se puede encontrar hoy en Osaka, Japón. A partir de ese momento, un miembro de la familia de Kongo decidió iniciar el negocio de construcción de templos , bajo el nombre de Kongō Gumi hoy y ha sobrevivido durante 40 generaciones, hasta el día de hoy que sigue en activo.

Como puedes imaginarte fácilmente, la empresa ha sobrevivido a muchos desastres, tanto naturales como provocados por el hombre, entre los que se encuentran por ejemplo dos guerras mundiales, hambrunas, colapsos económicos y políticos y nada de eso la puso en riesgo o provocó que estuvieran al borde de la crisis. Sin embargo, fue el 2006 el que puso de rodillas a la empresa , ya que en ese año cuando tuvo que liquidar sus activos debido a la difícil situación financiera creada por la «burbuja financiera de los años ochenta».

De hecho, entre 1986 y 1991, el Banco de Japón otorgó demasiados préstamos a bajo interés en Japón debido al constante crecimiento de la demanda de bienes de lujo y bienes raíces. Eso provocó una burbuja de activos dado que muchas empresas no dudaron en solicitar préstamos a pesar de asumir enormes enormes cantidades de deudas.

La burbuja financiera estalló en 1989 y, entre las empresas que se encontraron en dificultades económicas debido a la crisis, también estaba Kongō Gumi, que para poder pagar sus deudas se acabó convirtiendo en una sucursal del Grupo de Construcción Takamatsu que optó por mantener la empresa como siempre para que prosiga en su labor de seguir construyendo templos.


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