¿Existe la sangre de dragón?

Seguro que alguna que otra vez has oído hablar de la sangre de dragón. A pesar de lo que pueda parecer, nada tiene que ver con este ser mitológico. La sangre de dragón es la resina de un árbol con este nombre, que tiene un característico color rojo. Esta sustancia fue esencial para los pintores del Renacimiento, la cual alcanzó un valor muy alto en el mercado.

¿Para qué sirve la sangre de dragón?

El uso más extendido en la actualidad de esta savia es para la elaboración de fármacos y objetos de decoración. La sangre de dragón solo se puede encontrar en una parte del mundo: la isla de Socotra. Los 40.000 nativos de esta isla se dedican en su mayoría a la elaboración artesanal de piezas de cerámica.

En el ámbito de la cosmética, tiene grandes propiedades desinfectantes, cicatrizantes y antiinflamatorias. Es un ingrediente muy apreciado porque rejuvenece e hidrata la piel en produndidad.

¿Dónde está la isla de Socotra?

La isla de Socotra es un archipiélago de pequeño tamaño situado en el Océano Índico. Uno de los mayores reservorios de vida tanto animal como vegetal a nivel global, que a día de hoy permanece virgen. Muchos de sus animales y plantas no existen en ninguna otra parte del mundo.

Los murciélagos son los únicos animales mamíferos nativos de la isla de Socotra. En este archipiélago es posible observar fenómenos únicos: pepinos de más de 5 metros, rosas que crecen en el tronco de los árboles… Y, por supuesto, la sangre de dragón.

Este árbol tiene una forma muy peculiar, que recuerda ligeramente al baobab.

Por lo tanto, la sangre de dragón sí existe, aunque no tiene el origen que la gran mayoría de personas consideran. ¿Imaginabas que un árbol podía «sangrar»?


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