En St. Peters, Missouri, ocurrió una explosión muy particular. No era una bomba o una bala, sino una lata de champú seco que se convirtió en un proyectil y estalló destrozando el techo de vidrio de un automóvil.
Le sucedió a una mujer cuya madre dice que el daño, al principio, los llevó a creer que era algo más dramático y aterrador.
La hija de Christine Debrecht dejó una lata de champú seco en la consola de su automóvil. El intenso calor dentro del auto hizo que la lata explotara, convirtiéndola en un proyectil. La hija de Christine no estaba en el auto en ese momento.
“Pensamos que algo cayó del cielo pero el vidrio saltó hacia afuera, así que supimos que ese no fue el caso”, contó Debrecht y agregó que “nos tomó de 10 o 15 minutos descubrir exactamente qué había sucedido”.
“La consola voló, la central, debe haber estado allí puesta la lata. La voló directamente de sus bisagras y todo salió volando. Y luego atravesó por el techo panorámico y estaba a unos 50 pies de distancia”.
El automóvil ahora está en el taller de carrocería y, aunque todavía no se sabe la cantidad de daños, el seguro lo pagará.
Pero el dueño del taller dijo que en todos los años que ha estado reparando autos, nunca ha visto algo así.