Se dice que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y por eso, Pirelli se avanzó a lo que pueda ocurrir este fin de semana en el GP de Azerbaiyán de F1 2022, en Bakú, para recordar hace unos días en un comunicado que “las altas velocidades de Azerbaiyán suponen una exigencia para los neumáticos”. Hace bien la firma italiana en hacer este matiz de cara a todos los equipos para que planteen sus estrategias para la carrera del domingo después del accidentado final que se vivió en el GP de Bakú del pasado curso.
El pasado año, Lance Stroll y Max Verstappen sufrieron ambos un accidente tras ver como uno de sus neumáticos se reventaba en plena recta, a máxima velocidad. Ambos pilotos aseguraron que los reventones de sus respectivos neumáticos traseros izquierdos se debían a los escombros que había en la pista. Pero Pirelli, tras su análisis de la situación y viendo que otros neumáticos de otros pilotos con las mismas vueltas sí habían aguantado, apuntó que no se trató de “ningún defecto de fabricación” y que “no había ningún signo de fatiga o delaminación” y aclaró que “se debió a una rotura circunferencial en el flanco interior, que puede estar relacionada con las condiciones de rodaje del neumático, a pesar de haberse seguido los parámetros de inicio prescritos (presión mínima y temperatura máxima de la manta de calentamiento)”.
Es decir, Pirelli apuntó como causa la forma en la que ambos equipos usaron los neumáticos. Y un año después, pese a recordar que debido a la poca exigencia de las curvas de Bakú los neumáticos escogidos son los más blandos de la gama de Pirelli (los mismos que se usaron en Mónaco), la firma italiana de neumáticos recordó que las largas rectas de Bakú volverán a ser exigentes para las gomas.