En la ciudad de la luz y el fuego, Ferrari quiere resurgir de sus cenizas para olvidar el desastre de Mónaco y brillar ante Red Bull. Azerbaiyán recibe al Mundial de F1 este fin de semana con la lucha por todo al rojo vivo. Verstappen lidera con 9 puntos de ventaja sobre Leclerc y 15 puntos respecto al flamante ganador en Mónaco, Sergio Pérez. ‘Checo’ precisamente es el último piloto en ganar en Bakú y desea celebrar su renovación por dos años con Red Bull con esa victoria. Aquí conquistó el año pasado su primer triunfo con el conjunto de las bebidas energéticas, que públicamente ya ha admitido que tendrá las mismas oportunidades que Verstappen para pelear por el título. Habrá que ver si a la primera de cambio, en Bakú, Red Bull cumple con esa palabra si ‘Checo’ está en algún momento por delante de Max. Esa será la prueba del algodón en un equipo que hasta que se demuestre lo contrario, por mucho que se diga de cara a la galería, el líder sigue siendo el campeón.
Red Bull llega a Bakú con la moral por las nubes tras su jugada maestra de Mónaco. Le lanzaron el anzuelo al muro de Ferrari y los estrategias italianos fallaron. Algunos medios italianos, lejos de criticar la falta de liderazgo y decisión de Leclerc, le echaron la culpa al ‘no’ de Sainz, es decir, lo único que hizo bien Ferrari el domingo. Con ese clima enrarecido por perder un doblete claro en Mónaco, los italianos necesitan responder, y Carlos Sainz, continuar con la línea ascendente de Mónaco para seguir progresando en su adaptación al Ferrari F1-75.
Pero en este circuito Ferrari debería tenerlo complicado. Red Bull es favorito por la mayor potencia de su motor en un trazado con dos larguísimas rectas, una de ellas de 2.1 kilómetros, donde se superarán con creces los 350 km/h. No parece el mejor lugar para que Ferrari le gane el pulso a Red Bull, y si no pueden lograrlo, el objetivo de los de Maranello deberá ser minimizar pérdidas a la espera de que en la cita siguiente de Canadá, como reveló ‘La Gazzetta dello Sport’, el cuadro transalpino monte un motor con mayor potencia y fiabilidad por la mejora del sistema híbrido. Pese a todo lo dicho, Ferrari puede agarrarse a la incertidumbre que siempre reina en Bakú, trazado en el que siempre hay muchos adelantamientos.
Al tratarse de una pista urbana, con un segundo sector muy estrecho y revirado en la zona de la muralla y el castillo, cualquier error puede acabar en un accidente que haga que el ‘Safety Car’ entre en escena y lo cambie todo.
Y atención a los neumáticos. Sin ir más lejos, el año pasado la carrera se paró con bandera roja a falta de dos giros. Verstappen, que era líder, reventó el neumático como lo había hecho Stroll. Y en la última salida en parado, Hamilton se equivocó en un botón y ganó Pérez. Pirelli ya ha avisado a los equipos sobre su uso. Los coches montarán las mismas gomas de Mónaco, pero en este caso a altas velocidades. Lo sucedido en 2021 debe servir de aviso para todos en una pista en la que Alpine, con Fernando Alonso y Esteban Ocon, intentarán acercarse a Mercedes.
Detrás de Ferrari y Red Bull, Mercedes parte como el tercer mejor coche por delante de una zona media en la que la lucha volverá a estar muy apretada. Fernando regresa a un escenario en el que en 2022 dio un recital en la salida final, ganando cuatro posiciones en dos curvas para ser sexto con un Alpine que no estaba ni mucho menos para ocupar esa plaza. Intentará maximizar el rendimiento de un coche que ayer sorprendió al exhibir unos pontones al estilo Red Bull, pero con un concepto más extremo, con entradas de aire rectangulares grandes y mayores branquias para aumentar la refrigeración del motor, que en Bakú es extremadamente clave. Veremos si con ello y con el nuevo suelo que Alpine estrenó en Mónaco el conjunto francés logra mejorar su rendimiento de las últimas citas.