Un desdibujado Nápoles fue rescatado por Fabián Ruiz frente al Torino (0-1) para seguir aferrándose a la tercera plaza en su lucha con la Juventus de Turín.
La calidad se impuso frente a la igualdad. De ritmo bastante lento, el partido fue ajustado hasta que en el segundo tiempo se precipitaron las llegadas de los de Spaletti, apurados por no dejar escapar los puntos.
En el primer tiempo casi no hubo nada. Entre tanta imprecisión y rimo trotón, únicamente Mertens y Belotti amagaron con tener alguna oportunidad. Nada que ver con lo que pasó tras el paso por vestuarios. Mertens sufrió un penalti tras un taconazo a lo ‘Guti’ de Osimhen e Insigne, que tenía en su mano superar a Hamsik como segundo goleador histórico del club, se quedó con la miel en los labios al adivinar Berisha la dirección.
Pero no hay mal que por bien no venga y fue a partir de ese error que el Nápoles se espabiló y empezó a jugar de forma más vertical. Insigne, algo egoísta, volvió a marrar un mano a mano y, tras un susto de Fabián, el gol llegó de las botas de Fabián. El español amagó dos veces, se abrió a su perfil zurdo y disparó con algo de fortuna, ya que un pequeño desvío bastó para engañar a Berisha (73′).
Ahí se murió el encuentro. Eso lo provocó un Nápoles que se concentró en una buena defensa y una circulación de balón sin arriesgar. No disparó con peligro más el Torino, que demostró ser una vez más muy inofensivo.