Fabio Capello llega a los tres cuartos de siglo

“El fútbol es un deporte simple en el que a algunos les gusta hablar. A mí me encanta ganar”. La frase, aunque reniega del abuso de la palabrería, habla por sí sola, valga la redundancia. O cuanto menos, define de maravilla la actitud de su autor, un Fabio Capello que este jueves, seguro que manteniendo ese espíritu ganador, cumple 75 años.

Han pasado tres cuartos de siglo desde que el 18 de junio de 1946 Evelina Tortul Capello dio a luz a Fabio, fruto del amor con su esposo Gerrino Capello. Fue en San Canzian d’Isonzo, pequeña localidad de la provincia de Gorizia, limítrofe al este con Eslovenia (entonces Yugoslavia). El pequeño Fabio, sin saberlo, había llegado al mundo para vivir para siempre muy ligado al ‘calcio’.

De hecho, su tío por parte de madre, Mario Tortul, 15 años mayor que él, jugó en la Sampdoria, y tanto su padre como su tío paterno fueron hombres fuertes en el Pieris, el que sería su primer equipo. Luego Fabio vistió las camisetas del SPAL, la Roma, la Juventus y el Milan en las décadas de los 60 y los 70, y tras colgar las botas, lejos de alejarse del cuero, se acercó a él más si cabe.

Su carrera como técnico arrancó en las categorías inferiores de ‘su’ Milan, aprendió de Arrigo Sacchi, de quien fue segundo, y a posteriori llegaría a ser el máximo responsable del banquillo ‘rossonero’ llegando a conquistar cuatro ‘Scudetti’, tres Coppas, una Supercopa de Europa y por encima de todo ello la Champions League del curso 1993/94, derrotando en Atenas al ‘Dream Team’ del Barça de Cruyff por nada más y nada menos que 4-0. Todo lo citado con el Milan, antes de pasar por los banquillos del Real Madrid (donde ganó dos Ligas), la Roma (un ‘Scudetto’ y una Coppa), la Juventus, las selecciones de Inglaterra y Rusia y el Jiangsu chino, su último equipo hasta la fecha.

Todo esto y mucho más ha sido Don Fabio Capello, que este viernes cumple 75 años disfrutando de lo que parece su retiro del balompié. Solo él sabe si algún día volverá a sentarse o no en un banquillo, pero desde luego que el camino protagonizado hasta la fecha ha dejado huella en esto del ‘calcio’.


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