“Dos cosas son imprescindibles para alcanzar la longevidad: paciencia y salud”. Esto decía Joaquín Carbonell en 2019, cuando cumplió 50 años en la música y lo celebró en el Teatro Principal de Zaragoza con todas las entradas vendidas. Justo después de alcanzar ese medio siglo de creatividad le ha fallado lo segundo, la salud. El cantautor y periodista turolense Joaquín Carbonell ha fallecido este sábado víctima del coronavirus, tras haber pasado 47 días ingresado en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Natural de la localidad de Alloza, en la provincia de Teruel, Carbonell nació en 1947 y fue uno de los precursores, junto a su amigo José Antonio Labordeta, Tomás Bosque o La Bullonera del movimiento de la Nueva Canción Aragonesa.Medalla al Mérito Cultural de Aragón de 2019, Carbonell era un hombre muy querido en la profesión. En cuanto se conoció la noticia de su fallecimiento empezaron a llegar los mensajes, la mayoría resaltando la bondad, el sentido del humor y su reivindicación de pertenencia a su tierra. “De Teruel no es cualquiera”, solía decir. El presidente de Aragón, Javier Lambán, escribió en su cuenta de Twitter: “Ha muerto Joaquín Carbonell. Un hachazo invisible y homicida te ha derribado. Qué gran aragonés, cantante y escritor. Cuánto te quedaba por disfrutar de tu nieta y a nosotros de tu voz y de tu amistad. Que la tierra te sea leve, amigo. Como Gardel, cada día cantarás mejor”.Aunque trató en profundidad la canción de su tierra, su inquietud le llevó a hincar el diente al country, el blues o el rock. Muchas veces con letras procaces. Actualmente, Carbonell integraba el grupo Los Tres Norteamericanos, junto con Gran Bob y David Giménez. Su primer disco, Con la ayuda de todos (RCA), se lanzó en 1976 y desde entonces había grabado cerca de una veintena de trabajos. Como músico creó canciones relacionadas con el Real Zaragoza, como Corazón de León, Zaragol o el himno oficial del septuagésimo quinto aniversario del equipo.A pesar de su influencia en la música aragonesa, el turolense casi nunca vivió de la música. Fue otro de los damnificados por el apabullante apoyo de medios y dirigentes al pop en los ochenta, que se llevó por delante a una generación de cantautores periféricos.Carbonell también dirigió y presentó varios programas de televisión en TVE en Aragón y, en colaboración con José Miguel Iranzo, realizó un par de documentales biográficos como José Iranzo, el Pastor de Andorra y José Antonio Labordeta, con la voz a cuestas. También publicó una biografía de Joaquín Sabina, Pongamos que hablo de Joaquín, en 2011.El turolense cultivó además su faceta de escritor. Trabajó durante cuatro años en el periódico El Día y luego se inició como poeta y narrador, además de colaborar durante 24 años en El Periódico de Aragón, donde ha realizado más de 7.000 entrevistas y la crítica televisiva diaria bajo el título Antena paranoica. Con su desaparición la cultura aragonesa se queda huérfana de uno de sus referentes.
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