Tony Brooks, el último ganador de Grandes Premios de la Fórmula Uno que sobrevivió a la mortífera década de 1950 y llego a ser subcampeón mundial en 1959, ha fallecido a los 90 años según ha revelado su hija Giulia.
“Me ha entristecido la noticia de la muerte de Tony Brooks. Formaba parte de un grupo especial de pilotos que fueron pioneros y ampliaron los límites en una época de gran riesgo. Le echaremos de menos y nuestros pensamientos están con su familia en estos momentos”, ha declarado el director ejecutivo de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, en un comunicado.
Nacido como Charles Anthony Standish Brooks el 25 de febrero de 1932, Brooks era conocido como el ‘Dentista de las Carreras’, por haber compaginado sus estudios de odontología en la Universidad de Manchester con los inicios de su carrera en las carreras, ya que Brooks se tituló como dentista en 1956.
De voz suave, con modales apacibles y sin la evidente calidad de estrella de otros pilotos británicos como Stirling Moss, Peter Collins y Mike Hawthorn, Brooks fue, sin embargo, un piloto tremendamente rápido, ganador de seis Grandes Premios (en sólo 38 salidas), incluyendo su victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1957 en Aintree, que compartió con Moss.
Brooks debutó con BRM en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1956, y pasó a pilotar para Vanwall en 1957 y 1958, antes de ser elegido por Enzo Ferrari para correr con su famoso equipo, y Brooks estuvo a punto de ganar el título mundial en 1959.
Corrió hasta 1961, y en su última salida subió al podio en el Gran Premio de Estados Unidos en Watkins Glen para BRM, antes de dejar el deporte para centrarse en los negocios.
Muy valorado por sus compañeros, Moss siempre decía de Brooks que, si tuviera que crear su propio equipo de Fórmula 1 y elegir a dos pilotos cualesquiera para correr en la escuadra, Brooks habría sido uno de ellos, con Jim Clark al lado.