El único aspirante a la presidencia nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, en plena ruta para presentar su proyecto político por España, apenas ha aludido este sábado al pacto con Vox que sustentará la gobernabilidad en la Junta de Castilla y León. Durante su parada en Valladolid ―en la primera autonomía en la que partido liderado por Santiago Abascal asume responsabilidades de gobierno― ha abogado por conseguir la “centralidad” mediante un PP que aglutine a los españoles descontentos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Al líder del Ejecutivo le ha reprochado la decisión de acercarse a Marruecos con un cambio de la postura nacional sobre el conflicto del Sáhara, algo que ha tildado de “temeridad”. El también presidente de la Xunta de Galicia ha recordado su experiencia en la Administración y ha agradecido ser visto como “moderado” frente a la “política exaltada” de la que pretende alejarse, aunque su mandato comenzará con la primera coalición conservadora con la extrema derecha.
Feijóo, que someterá a votación su liderazgo en el congreso extraordinario del PP de los próximos 2 y 3 de abril, no ha mencionado al acuerdo con la extrema derecha más allá que para asegurar que se ha cumplido el mandato de “estabilidad” en Castilla y León. Al acto de Valladolid lo ha acompañado Alfonso Fernández Mañueco, presidente en funciones de Castilla y León y líder del PP regional, que le ha brindado su apoyo. “Querido Alberto, gracias por dar el paso”, ha dicho Mañueco. El líder de los populares de Castilla y León ha destacado que su pacto de gobierno con Vox permite ofrecer “estabilidad y solidez a la comunidad” y ha hablado de una “ola de ilusión” que ha percibido desde que Feijóo planteó su candidatura.
El barón gallego ha intentado ganarse al auditorio vallisoletano, en el que se han congregado más de 1.000 asistentes, con toques de humor relacionados con sus orígenes gallegos y viendo cómo Mañueco ha aceptado su apuesta de hacer el Camino de Santiago, trato al que el salmantino se comprometió si vencía en los comicios. Núñez Feijóo ha empleado un tono solemne, pidiendo respeto y apoyo a las clases medias y bajas y se ha erigido como defensor de los sectores productivos, afectados por la inflación o la falta de abastecimiento.
“El PP sin complejos ha vuelto”, ha expresado Feijóo, insistiendo en sus años de experiencia administrativa como aval de gobernabilidad futura. “No pretendo ser un líder de oratoria, sino que cuando acabe nuestro mandato las cosas estén mejor”, ha anunciado. “La política debe recuperar la centralidad, que busca resolver la mayoría de los problemas que tiene la mayoría de los ciudadanos”, ha reiterado en otro momento de su intervención, en el también ha hecho una petición para articular mayorías en torno a un PP como “mayor punto de encuentro político”.
El dirigente de la Xunta ha defendido su figura como candidato nacional y ha reprobado la labor del presidente del Gobierno. “Muchas veces lo que hace Pedro Sánchez no lo sabe ni él”, ha censurado, y ha afirmado que los reproches a Mañueco por unirse a Vox son ataques contra su persona como futuro referente del PP.
Sobre la crisis popular, Núñez Feijóo ha admitido que la formación ha sufrido en el último mes “la crisis más intensa que jamás haya vivido”, pero ha ensalzado que apenas unas semanas después se encuentre de gira nacional en busca de apoyos para liderar la formación. “Me insultan porque creen que podemos ganarles”, ha concluido ante los asistentes, a quienes ha rogado una movilización “igual o más de magnánima” que la que impulsó a Mañueco. “España nos necesita más que nunca”, ha concluido.
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