Feijóo y Ayuso escenifican su alianza de interés para cerrar la etapa de Casado



El candidato a la presidencia del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, interviene en un acto junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este martes en Madrid.Samuel Sánchez

Hace apenas un mes una imagen como la que se vio este martes en un hotel de Madrid era imposible en el PP. El líder in péctore del partido y la presidenta de la Comunidad de Madrid compartiendo atril en un mitin y dedicándose elogios mutuos. La brutal guerra interna que enfrentó a Pablo Casado y a Isabel Díaz Ayuso estaba en la retina de muchos asistentes al acto en el que Alberto Núñez Feijóo y la presidenta madrileña escenificaron el cambio de etapa con su alianza orgánica, clave para que el barón gallego pueda convertirse en el congreso de abril en el líder del PP. Feijóo y Ayuso están unidos en una relación de conveniencia, pero la líder madrileña no renuncia a mantener su perfil propio y ya apunta maneras de que es probable que vuelva a dar dolores de cabeza a la nueva dirección de Génova, 13. Se vio en la pasada Conferencia de Presidentes, en la que Ayuso quiso marcar su impronta, y también este martes en la representación de unidad con Feijóo, donde dejó un mensaje sujeto a dobles interpretaciones. El PP de Madrid, avisó la líder madrileña, no admite imposiciones. “Somos un equipo de soldados que te vamos a acompañar, pero un equipo que tiene poca paciencia para las tonterías y poco aguante para las imposiciones”, le dijo a Feijóo.

En apariencia, todo fueron buenas palabras entre Feijóo y Ayuso. Pero en el subtexto de los discursos de ambos se colaron mensajes velados. Si Ayuso advirtió al barón gallego de que el PP de Madrid seguirá desplegando un mensaje nacional —que podría colisionar con el suyo— y que no va a dejarse imponer, Feijóo hizo hincapié en que lo importante en el partido no son las personas —léase personalismos—, sino las ideas. “Los equipos que estemos en el PP somos circunstanciales, el PP no. La clave de este partido no son los equipos que vayamos pasando, sino las ideas y el poso ideológico”, reflexionó el presidente de Galicia, que volvió a defender delante de Ayuso que no está por la revancha interna. “Aquí no sobra nadie”, enfatizó ante los 1.400 militantes que abarrotaron la sala de eventos del hotel madrileño.

Pablo Casado murió políticamente por enfrentarse a Ayuso, así que el precedente obliga a Feijóo a andarse con ojo. La presidenta madrileña fue el apoyo decisivo para que el barón gallego diera un paso adelante para postularse al liderazgo del PP, porque nadie en el partido olvida a los más de 4.000 militantes que se manifestaron ante la sede de Génova en plena crisis con carteles de “Ayuso 2023″, instándola a enfrentarse a Pedro Sánchez en unas generales. Feijóo es consciente de que necesita a Ayuso de su lado, tanto para coser al PP, después de abrirse en canal, como para tratar de llegar a La Moncloa. Así que concede máxima prioridad a cuidar su relación de conveniencia. El futuro líder del PP considera el “acto central de su campaña” el que reunió a ambos en Madrid, según fuentes próximas, y en el que los dos políticos escenificaron su pacto rompiendo con la etapa de confrontación de Casado. En la dirección transitoria del PP creen que el partido debe “cuidar a sus activos valiosos”, a diferencia de lo que ocurría en el último periodo, y uno de los principales es Ayuso. El cambio es total.

Pero la presidenta madrileña sigue marcando perfil una vez caído Casado, y sus primeros pasos anticipan que Feijóo también tendrá que lidiar con su estilo diferente. Como el fin de semana en La Palma. Aunque Ayuso suscribió la declaración conjunta de la Conferencia de Presidentes que respaldaba al Gobierno, después evidenció que no es partidaria de llegar a acuerdos con el Ejecutivo progresista. “Pactar la incertidumbre puede quedar bien, pero es solo incertidumbre”, se descolgó sobre el consenso liderado por el futuro líder del PP, que se presenta con la voluntad de llegar a acuerdos de Estado. Ayuso insistió este martes en la misma línea delante de Feijóo hablando del PP de Madrid: “Somos la alternativa, no pactamos con el desastre aquí”.

En el entorno del líder gallego restan importancia a la actuación de Ayuso en La Palma y creen que sigue una estrategia de defensa tras haber quedado tocada por la guerra con Casado y los cobros de su hermano del Gobierno de Madrid. “Feijóo no ve en ella una amenaza y ella no ve en Feijóo una amenaza”, zanjan fuentes próximas al barón gallego. La clave es que el futuro líder tiene claro que necesita una Ayuso fuerte para poder ganar las elecciones generales. Por ahora, la conveniencia se impone sobre las posibles tensiones.

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