El Rey ha aprovechado la tradicional celebración de la Pascua Militar para destacar el “orgullo de la sociedad española” por sus Fuerzas Armadas y su “sentimiento legítimo de admiración y aprecio” ante la “inmediatez y eficacia” con la que han reaccionado ante emergencias como la pandemia de la covid, la erupción del volcán de La Palma o la tormenta Filomena. Al cumplirse el 10º aniversario “del cese de la brutal violencia de la banda terrorista ETA” (el 20 de octubre de 2011, la banda anunció el abandono definitivo de la lucha armada), Felipe VI ha querido “honrar con gran emoción la memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo”, muchas de ellas pertenecientes a las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Enviamos a sus familias un mensaje de ánimo y admiración. Su fortaleza y altura moral nos sirve de guía a todos los españoles”, ha subrayado. “Siempre tendremos una impagable deuda de gratitud con ellos”, ha dicho por su parte la ministra de Defensa, Margarita Robles.
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En el Palacio Real, ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la cúpula de los tres ejércitos y la Guardia Civil, Felipe VI —con uniforme del capitán general del Ejército de Tierra— ha mostrado el “orgullo, aprecio y gratitud” de los españoles hacia los militares, a los que “han vuelto a sentir muy próximos, compartiendo sus mismos desvelos, asistiendo con personal y medios para superar momentos de gran dificultad”.
Nunca como en 2021, las Fuerzas Armadas se han volcado en hacer frente a las catástrofes y emergencias que ha sufrido la sociedad española. El Monarca ha enumerado algunas de ellas: la tormenta Filomena, los incendios del pasado verano, las inundaciones por la Dana y la crecida del Ebro o la erupción del volcán de La Palma. Sin olvidar la lucha contra la pandemia, que todavía se mantiene con la Operación Misión Baluarte, en la que participan más de un millar de militares encuadrados en equipos de rastreo y vacunación. “Sé que os mueve el honor de servir a España y a nuestros ciudadanos y que, al cumplir con vuestra responsabilidad, no escatimáis esfuerzos ni sacrificios”, les ha dicho. La alta valoración de las Fuerzas Armadas, que reflejan todas las encuestas, “es sin duda la mejor recompensa e implica aprecio y gratitud hacia vuestro trabajo y vuestros valores”, ha insistido el Monarca.
Felipe VI pasa revista a las tropas en la Plaza de la Armería.
Chema Moya (EFE)
El Rey ha recordado también el final, en agosto pasado, de la operación militar en Afganistán, “la más larga de nuestra reciente historia”, y ha subrayado que España reaccionó “con liderazgo ante el reto difícil y delicado” de la evacuación, que hubo que acometer ante “el drama humanitario que se generó tras el colapso del país” y la toma del poder por los talibanes. Ha dejado para el debate que deben mantener los aliados la tarea de “extraer las necesarias lecciones y enseñanzas” de lo sucedido.
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Robles, que ha intervenido en primer lugar, ha reconocido que “todos hubiéramos deseado otro final” para la misión en Afganistán, pero ha asegurado que el sacrificio de los 102 uniformados muertos en dicho país durante dos decenios de presencia española “no ha sido estéril”. Y ha subrayado las condiciones de “alto riesgo” en que se desarrolló una evacuación “contrarreloj” en la que se consiguió salvar la vida a más de 2.000 afganos. “Nunca olvidaremos las imágenes de miles de personas agolpándose para entrar en el aeropuerto de Kabul”, ha recordado la ministra, “a nuestros soldados ayudando a sus familias a atravesar en medio de disparos aquel canal” de aguas residuales, último obstáculo antes de acceder a las instalaciones.
Margarita Robles, durante su discurso. MARISCAL (AFP)
El fiasco afgano será uno de los temas de la cumbre que la OTAN celebrará en Madrid en junio próximo, “en un momento crucial para los planes y la orientación estratégica” de la Alianza Atlántica —que aprobará en la capital de España su nuevo Concepto Estratégico— y que representa, ha subrayado, “un importante reconocimiento al compromiso de España con la OTAN y al extraordinario papel de nuestras tropas encuadradas en las misiones y estructuras” de la organización. “De Madrid saldrá la OTAN del futuro”, ha dicho Robles, quien ha subrayado que “España es un aliado serio y fiable, que cumple sus compromisos internacionales”.
Además de elogiar la profesionalidad y eficacia de los militares, Felipe VI ha dejado un mensaje a la ministra de Defensa, al añadir: “Debemos seguir prestándoles la atención que requieren, en su propia seguridad y en sus necesidades y desvelos. Lo merece su entrega a nuestra defensa y su sacrificio por el bien común de todos los españoles”. Robles ha recogido el guante recordando que el año pasado se les subió por primera vez el sueldo desde 2005, aunque el incremento se haya considerado insuficiente por las asociaciones de militares, a las que ha agradecido su trabajo la ministra, quien ha destacado el “esfuerzo [económico] excepcional” realizado para modernizar las Fuerzas Armadas.
Robles ha empezado su discurso con un optimista mensaje de autoafirmación nacional. “España es un gran país”, ha dicho, “del que nos sentimos profundamente orgullosos. Un país con una gran resiliencia para vencer las dificultades y para escribir páginas de esfuerzo y superación, capaces de abordar con éxito los mayores retos y desafíos”. La ministra ha elogiado a los ciudadanos españoles, que han acudido masivamente a vacunarse, “no solo para proteger su vida sino también la del resto de compatriotas” y ha añadido que una de las lecciones de la pandemia es la necesidad de poner en marcha “un cuerpo de sanidad militar europeo”.
Salón del Trono del Palacio Real, durante la tradicional ceremonia de la Pascua Militar.
Mariscal (EFE)
La pandemia ha condicionado, por segundo año consecutivo, la Pascua Militar. Al Salón del Trono, donde se ha celebrado el acto, solo han accedido unas decenas de militares —entre otros, los 16 condecorados—, mientras que el resto de invitados, hasta 200, ha seguido los discursos por televisión desde un salón contiguo. El Rey y la Reina, que lucía un vestido largo azul marino y un broche con una perla, se han acercado a saludarles, pero no se ha servido la tradicional copa.
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