¿Feliz Día del Niño?

La infancia y la juventud conforman la población más vulnerable frente a la pobreza, la inseguridad y la violencia. La “generación Z”.

Por Ernesto Núñez Albarrán/ @chamanesco

¿Cuántos de los 39 millones de menores de 18 años que hay en México pasarán un “feliz día del niño” este 30 de abril?

Son la generación que nació después del año 2000; la generación que viviría un México mejor, producto de la alternancia política. Esa generación que ya no creció en el régimen autoritario del partido único que gobernó durante casi todo el siglo XX.

Cuando los políticos de los años 90 prometían que los mexicanos tendrían un mejor futuro, se referían a ellos, los nacidos después del “cambio democrático”.

Y sin embargo hoy, abril de 2019, el 51 por ciento de esa población vive en situación de pobreza; casi cuatro millones, en pobreza extrema. Más de la mitad de ellos dice sentir inseguridad en las calles y una tercera parte sufre algún tipo de maltrato o violencia.

Las políticas públicas no le han hecho justicia a los más jóvenes de México; incluso aquellas diseñadas especialmente para atenderlos.

Dice el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, en su medición de 2016, que a pesar de que ha habido una reducción de la pobreza infantil, éste sigue siendo el sector poblacional más vulnerable frente a las carencias de todo tipo. Con un dato preocupante: el 91 por ciento de las niñas, niños y adolescentes indígenas de México vive en situación de pobreza.

Advierte la Red para los Derechos de la Infancia, en un comunicado difundido el pasado viernes, que 285 menores fueron asesinados en el primer trimestre de 2019; 3.2 casos por día. Y que entre 2015 y 2019 han muerto por homicidio doloso 4 mil 299 menores de edad.

Al concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, la REDIM había descrito así la situación del país: “un baño de sangre, miles de desaparecidos y el miedo en la piel de todas las personas; en particular niñas, niños y adolescentes, que nunca habían vivido en un país tan peligroso, con tanto riesgo y con tanto dolor… el balance es totalmente negativo”.

Ahora, al inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la REDIM alerta que no han disminuido los niveles de violencia que afecta gravemente a la niñez y a la juventud. Además, sugiere que la creación de la Guardia Nacional mantiene la misma estrategia de militarización que ha generado más violencia en los últimos 12 años.

En diciembre de 2018, UNICEF publicó su informe “Los derechos de la infancia y la adolescencia en México”, y en él advertía que seis de cada 10 personas de 1 a 14 años habían experimentado algún método de disciplina violento.

Además, la organización internacional mostraba otros problemas que afectan a los más jóvenes, como la deserción escolar, la educación deficiente y problemas de salud y alimentación. Tres de cada 10 adolescentes de 15 a 17 años están fuera de la escuela; 8 de cada 10 alumnos de Sexto de Primaria no alcanzan los logros esperados en lenguaje y comunicación; uno de cada diez menores de 5 años padece desnutrición crónica, y uno de cada tres de 6 a 11 años presenta sobrepeso y obesidad.

Las mexicanas y mexicanos pertenecientes a la llamada “Generación Z” dicen estar preocupados por la inseguridad, la violencia, la corrupción, la discriminación y la falta de equidad entre hombres y mujeres. Según la más reciente Consulta Infantil y Juvenil hecha por el Instituto Nacional Electoral, los post milenial no se sienten seguros en la calle (del 47 al 56 por ciento, según el rango de edad), en la escuela (11 a 13 por ciento), y algunos ni en su casa (4 por ciento). Con un dato revelador de los tiempos que corren: el 46 por ciento de los niños de 10 a 13 años, y el 43 por ciento de los de 14 a 17 años dijeron no sentirse seguros en el espacio virtual de internet.

La consulta del INE arroja otros datos que deberían prender las alertas de autoridades y legisladores: el 14 por ciento de los menores de edad dijo haber recibido algún tipo de maltrato o violencia. Los niños de 6 a 9 años reportaron que la principal violencia que sufren son los golpes, principalmente en el hogar. De cada 10 adolescentes que mencionaron sufrir violencia, uno considera haber sido víctima de violencia sexual. Desde la adolescencia, las mujeres se sienten mucho más inseguras en la calle, en el trabajo o en internet, que los hombres. Sólo el 10 por ciento de los adolescentes de 14 a 17 años confía en la Policía, y el 12 por ciento en el Ejército.

Son muchos los datos que dejan ver que “el futuro” no fue lo prometido. Muchos los indicadores que nos obligan a preguntarnos: ¿qué país les dejamos a nuestras niñas, niños y adolescentes?

Algo falló, para que la generación de la alternancia democrática terminara siendo la generación de la guerra contra el narco, la generación del bullying y el ciberbullying, la generación de los halcones, los “morros del narco” –como diría Javier Valdez–; la generación a la que ahora se atenderá con becas y otros apoyos para que sean los “jóvenes construyendo el futuro”.

El martes 30 de abril, cuando en Palacio Nacional se haga el relanzamiento del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), habrá que ver qué otras promesas se le hace a la generación Z.

Ante un presente que se jodió, seguramente les prometerán, otra vez, que el porvenir será mejor.




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