Los test son como un juego de ajedrez. Los equipos suelen esconder sus reyes y reinas, las piezas más preciadas del tablero, para atacar al crono en la búsqueda de sensaciones con otras de menor importancia. Muchos optan por hacerlo con alfiles y torres, otros, con los peones, como en el caso de Mercedes en 2019, plan que desarrollaron para sorprender y hacer jaque mate a Ferrari desde la primera carrera.
El pasado curso, por estas fechas, Hamilton decía que Mercedes estaba a medio segundo de los italianos, a los que se le escapaba la sonrisa bajo la nariz dominando los test. Pero fue empezar la verdadera competición y sus caras pasaron a mostrar incredulidad y dudas ante un Hamilton que iba a terminar como 6 veces campeón. Por ello, en
Ferrari
tenían una consigna clara en este test 1, cambiar su planteamiento y programa para entender mejor su coche y que no se repitiera lo del pasado año. Y en su discurso, nada de expectativas altas. Pero finalmente, fue la pista la que les llevó al pesimismo. A su coche le cuesta entrar en curva, sale de ellas como un toro desbocado sin ningún orden, y las sensaciones no son buenas. Nada de sonrisas en las ruedas de prensa. Vettel comparecía el jueves algo hundido. Y Binotto, ayer, confirmaba que “Mercedes y Red Bull son más rápidos”.
“Tal vez no podamos ganar en Australia pero la temporada es larga”, expresó, asegurando además que los de Maranello no llevarán a la segunda semana de test ninguna mejora de paquete antes de Australia. Y por lo que sabemos, también se han fijado mucho en
Racing Point, con un calco del Mercedes de 2019
, preocupados por ellos de cara a Melbourne.
En Ferrari, nada de teatro
“¿Es teatro?”, se pueden preguntar muchos sobre si Ferrari repite la estrategia de jugar con los peones en este primer ensayo del año. Pero la prensa italiana desprende el mismo pesimismo que el conjunto. Si fuera una copia de la obra de Mercedes, Ferrari bien debería ganar un Oscar a la mejor interpretación al final de curso. No lo parece. Más todavía al haber roto ayer, en el tercer día, su primer motor del año. Mal síntoma que deja al descubierto la crisis inicial de un Ferrari que no quiere hablar sobre su potencial real puesto que aseguran que todavía no lo han buscado. Lo harán la próxima semana, y es que en esta tenían cosas mucho más básicas que resolver mientras su rival, Mercedes, ya brillaba sin esfuerzo, buscando la guinda al increíble pastel que es su coche. El mejor. Y es que si lo comparamos con una relación, Mercedes se podría casar hoy mismo con su nueva joya, mientras que la primera cita de Ferrari con su SF1000 ha sido un fracaso.
12 años son los que llevan los italianos sin un título. Desde el de 2007 de Kimi Raikkonen. Y este curso, si no reaccionan rápido, cumplirán su 13º. Es muy pronto para decirlo pero ante sí tienen al que muchos consideran como mejor equipo de la historia de la F1. Un Mercedes que no falla y que se permite el lujo de llegar a los test con un sistema revolucionario en su volante. Solución que Ferrari deberá copiar en los próximos meses, invirtiendo más dinero y efectivos a la vez que deberá mejorar su monoplaza lo antes posible. Gran distracción mientras Mercedes trabaja en su coche de 2021 por el cambio de reglas. Y lo podría hacer con el título controlado desde el inicio. Solo Red Bull puede decir algo al respecto. El coche rojo no. Color de urgencia, no de Ferrari.
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