FIBA y Euroliga hacen las paces y se abren a trabajar juntas


La Euroliga y la FIBA han iniciado contactos en estas últimas semanas para reconducir su relación y estudiar posibles formas de colaboración y entendimiento entre ambas, abriendo de esta forma la puerta a la posibilidad de armonizar y ordenar el baloncesto europeo masculino, especialmente en un tema clave como es lo referente a las distintas competiciones y a los calendarios de los partidos de las mismas. De momento, es algo incipiente que no ha pasado de algunas conversaciones de buena voluntad entre Andreas
Zagklis, secretario general de la FIBA, y Jordi Bertomeu, presidente y CEO de la Euroliga, pero sin duda se trata de una noticia que aporta esperanzas de encontrar soluciones a encajar las distintas visiones, que en ocasiones han llegado a claros enfrentamientos, entre estas dos organizaciones en las últimas décadas.



Ambos dirigentes han hecho en los últimos días declaraciones públicas que dejan entrever esta nueva actitud. “La FIBA ha demostrado de una manera muy tangible en los últimos meses que no sólo está lista para hablar y negociar, sino también que ha tomado medidas en esa dirección”, indicó Zagklis. Por su parte, Bertomeu señaló que “en los últimos meses ha habido un cambio en su gestión, lamentablemente (se refiere al fallecimiento del ex secretario general de la FIBA, Patrick Baumann). Y ahora tenemos la oportunidad de resolver problemas que deberíamos haber resuelto antes. Estamos disponibles para trabajar con ellos”.

De momento no hay calendario de negociación y está claro que la armonización de algunos aspectos del basket europeo que ahora mismo generan muchos conflictos no será sencilla ni rápida, si es que finalmente se consigue. Uno de los puntos que ambas organizaciones ven como posible es el de generar sinergias económicas para hacer crecer el baloncesto europeo. Sin embargo, seguramente la cuestión más delicada es la armonización de las competiciones y del calendario, dos temas que van casi de la mano.

Uno de los puntos a solucionar es que en estos momentos hay cuatro competiciones europeas diferentes (un número que sería conveniente reducir a dos o tres) que además tienen vías de acceso poco claras, lo cual crea una enorme confusión general. Otro tema clave es que ahora mismo las llamadas ‘ventanas’ de selecciones, es decir, los partidos clasificatorios de los equipos nacionales, coinciden con los encuentros de la Euroliga, cuyos clubs no ceden a sus mejores jugadores para esos duelos. Encontrar una forma de organizarse en la que ambas organizaciones se sientan cómodas sería un gran paso adelante para que se pueda llegar a un acuerdo y que todo el baloncesto europeo pueda remar definitivamente en una misma dirección.


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