Lo que parecía que era imposible que pasara, por todo el pasado y los sentimientos que les unían, ha pasado. Según apunta Shams Charania, los Cavaliers acaban de cortar a Kevin Love vía ‘buyout’, con lo que se pone fin a una de las relaciones más longevas de la NBA actual entre una franquicia y un jugador.
En este caso, 9 años eran los que llevaban juntos el interior y la organización de Akron. Love era el único superviviente que quedaba del anillo de 2016, ‘reclutado’ personalmente por LeBron James en el verano de 2014, el de la vuelta de ‘The King’ a Cleveland. Hasta entonces, Kevin Love había jugado en los Minnesota Timberwolves, donde forjó una relación muy especial con Ricky Rubio.
Hacía ya casi un mes que el ala-pívot estaba fuera de la rotación de los Cavs, acumulando 8 partidos sin jugar por decisión técnica. Lo que al principio se trataba de una decisión de mutuo acuerdo ante el bajo rendimiento del cinco veces All-Star ha acabado siendo un movimiento que adivinaba un ‘buyout’.
Como estandarte de la franquicia y veterano a sus 34 años, el rol de Love en el vestuario era muy importante, pero ha acabado pesando más su bajo rendimiento, el peor a nivel anotador de siempre con 8,5 puntos en 20 minutos y un 35% en triples con 5 intentos por partido que, aunque decente, es el peor en 10 años. Kevin Love acababa un contrato este año de casi 29 millones.
De acuerdo también a lo que explica Charania, los Miami Heat han emergido como el principal candidato a hacerse con Love, que, como el resto de jugadores cortados por ‘buyout’, tiene hasta el 1 de marzo para encontrar equipo. La franquicia de Florida anda detrás de un jugador con tamaño para dar descanso a Bam Adebayo. Entre los nombres que maneja Miami, estaría también el de Serge Ibaka.