Tener que coger el coche e irse a otro pueblo para hacer algo tan cotidiano como sacar dinero del cajero. Ese es uno de los grandes problemas con los que se encuentra la España vaciada y uno que afecta a más de la mitad de las localidades españolas: 4.109 de 8.131 municipios. Y este ha sido uno de los retos a los que ha dado solución recientemente Banco Santander en el marco de su estrategia de inclusión financiera. Una solución lograda gracias a la alianza con Correos, cuya capilaridad le permite llegar a todos los domicilios españoles, por remotos que sean. Desde el primer trimestre de 2021, los carteros podrán entregar dinero a domicilio y los residentes en ese 75% de municipios que no tienen sucursal de Banco Santander, pero sí oficina de Correos, podrán realizar las retiradas e ingresos de efectivo en estas últimas de forma totalmente gratuita. Para un 66% de las personas que hasta ahora tenían que salir del pueblo para acceder a su dinero, esta iniciativa les cambiará su día día.
La inclusión y empoderamiento financiero es una de las líneas de acción en las que Santander centra su estrategia de banca responsable. Lara de Mesa, directora global de Banca Responsable, resume estas iniciativas explicando que “uno de nuestros retos es contribuir al crecimiento inclusivo y sostenible. Queremos ayudar a las personas y a las empresas a progresar; queremos dar acceso a servicios financieros, financiación, educación y formación a la mayor parte de la población que podamos”.
El banco se comprometió hace un año, junto a otras 130 entidades financieras de todo el mundo, a contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por Naciones Unidas a través de los Principios de Banca Responsable. Algunos de los retos asumidos por Banco Santander son alcanzar el empoderamiento financiero de 10 millones de personas entre 2019 y 2025, facilitar la movilización de 120.000 millones de euros en financiación verde en el mismo periodo o ayudar a cuatro millones de personas a través de programas de acción social entre 2019 y 2021, a los que ya se han destinado 715 millones desde 2002.
El programa ‘Finanzas para mortales’ pretende acercar las finanzas a los más jóvenes y a los colectivos más vulnerables
De Mesa explica las motivaciones que están detrás de estas iniciativas: “Nuestros empleados quieren que seamos un banco con propósito, nuestros clientes nos demandan cada vez más soluciones de negocio responsable, nuestros inversores están prestando una atención cada vez mayor a la agenda de banca responsable, igual que supervisores y reguladores, y las comunidades en las que estamos presentes se enfrentan a retos a los que el Santander tiene que contribuir con soluciones”.
En 2019, las iniciativas puestas en marcha por la entidad en el ámbito de la inclusión financiera empoderaron a dos millones de personas en todo el mundo, ayudando a los más desfavorecidos a acceder a servicios financieros básicos, ofreciendo productos específicos y diseñados a medida de aquellos que tenían baja renta o dificultades económicas, y fomentando la resiliencia a través de la educación financiera. En este último caso, más de 580.000 personas se beneficiaron solo en 2019 de los programas de educación financiera.
Esfuerzos frente a la pandemia
Un año después de aquel acuerdo por los ODS, la pandemia ha marcado la agenda de la entidad, que ha centrado sus esfuerzos en dar respuesta a los problemas inmediatos de las personas y de las empresas, con el foco puesto en los colectivos más vulnerables.
En España, uno de los programas de educación financiera de mayor éxito es Finanzas para mortales, reconocido como uno de los principales del país en esta materia, tanto por el Banco de España como por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el que se pretende acercar las finanzas a todos los públicos, haciendo especial hincapié en los colectivos financieramente más vulnerables. Otra de las iniciativas que se impulsan desde la entidad, junto a la Asociación Española de Banca (AEB) es Tus finanzas, tu futuro, que ayuda a enfrentarse a las decisiones financieras a jóvenes de entre 13 y 15 años.
Pero la apuesta por la educación va más allá y es algo que forma parte del ADN de Banco Santander. La entidad mantiene un firme compromiso con la educación superior desde hace más de 20 años y, atendiendo a la urgencia y las necesidades generadas por la crisis de la covid-19, ha movilizado cerca de 30 millones de euros de su mecenazgo en educación para apoyar a estudiantes con dificultades económicas, paliar la brecha digital y acompañar a las universidades en su digitalización, desarrollar programas para impulsar la empleabilidad de los jóvenes ante las demandas actuales del mercado laboral y financiar proyectos de investigación universitaria para aportar soluciones concretas frente al coronavirus.
La iniciativa más destacada ha sido la creación del Fondo Supera Covid-19, en colaboración con Crue Universidades Españolas y CSIC, que ha destinado 8,5 millones de euros a diferentes proyectos para afrontar la enfermedad y su impacto social, además de facilitar soluciones de conectividad, webcams y ordenadores a más de 15.000 universitarios en situación económica desfavorable para continuar con sus estudios.
Durante 2021, los residentes del 75% de municipios sin sucursal podrán operar en sus oficinas de Correos
En la misma dirección han avanzado los programas de Acción Social, con decenas de proyectos destinados a ayudar a los colectivos más vulnerables y agrupados bajo el lema Santander All. Together. Now, que engloba todas las iniciativas puestas en marcha para paliar los efectos de la crisis sanitaria. Entre ellas, figura el Fondo Solidario Juntos, que ha destinado más de 54 millones a la lucha contra la enfermedad y sus consecuencias. De forma adicional, Santander ha aportado otros 16 millones de euros redirigiendo fondos de determinados proyectos a la protección de aquellos grupos vulnerables más impactados por la enfermedad en varios países.
Hacia los números verdes
La forma en la que Banco Santander ha decidido contribuir a los ODS relacionados con el medio ambiente y la lucha por una economía verde es doble. Por una parte, en el aspecto financiero: “Queremos acompañar a nuestros clientes en su transición hacia una economía baja en consumo de carbono”, explica Lara De Mesa, directora global de Banca Responsable. Por otra, la reducción de la huella ambiental de la propia entidad. Para el primero de estos retos se ha propuesto financiar o facilitar la movilización de 120.000 millones de euros entre 2019 y 2025 y 220.000 millones de euros hasta 2030 para combatir el cambio climático, alineando su cartera con la economía ecológica. Ya en 2019, la entidad movilizó 19.000 millones de euros en financiación verde, lo que la convirtió en líder mundial en financiación de energía renovable.
En cuanto a la reducción de su huella ambiental, la estrategia se está centrando en reducir las emisiones de CO2 por medio de la eficiencia energética, las energías renovables y la compensación del resto de emisiones. El objetivo es que en 2025 el 100% de su electricidad provenga de fuentes renovables y que en el corto plazo se haya eliminado el uso de plástico innecesario de un solo uso en sus oficinas y edificios, además de comprometerse a ser, por primera vez, neutros en carbono en 2020, compensando todas las emisiones generadas por sus propias operaciones.
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