CHICAGO- La madre e hija acusadas de asesinar a una adolescente embarazada antes de extraerle el bebé del vientre a la fuerza, la distrajeron con un álbum de fotos de su difunto hijo y hermano antes de que la estrangularan hasta la muerte, dijeron los fiscales el viernes.
Clarissa Figueroa, de 46 años, y su hija, Desirée Figueroa, de 24, presuntamente planearon la muerte de Marlen Ochoa, de 19 años, durante semanas antes de engañarla para que fuera hasta su casa por medio de un grupo de Facebook, dijeron los fiscales.
El viernes una jueza del condado de Cook le negó la fianza a “Las Figueroa” acusadas de asesinato, alegando que hay “una gran presunción” de que cometieron un “atroz y mortal asesinato” y que representan un peligro “real y presente” para la comunidad.
También le negó la fianza al novio de Clarissa Figueroa, Piotr Bobak, de 40 años, quien está acusado de encubrir un homicidio y una muerte.
Los fiscales dijeron que todo comenzó cuando Clarissa Figueroa dijo que estaba embarazada a fines de 2018, unos meses después de la muerte de su hijo de 20 años.
En febrero, comenzó a publicar en un grupo de Facebook llamado “Help a Mother Out”, que tenía una cuna y otros artículos para bebés disponibles. Eventualmente Clarissa le ofreció darle a Ochoa ropa nueva para su bebé quien se suponía que naciera este mayo.
Según las autoridades, Ochoa visitó por primera vez la casa de Figueroa en la cuadra 4100 de la calle 77 Place, el pasado 1 de abril y una vez allí, Clarissa Figueroa supuestamente le dijo a su hija que necesitaba matar a la joven.
Cuando el novio de Clarissa Figueroa amenazó con llamar a la policía, la soltaron a Ochoa y le dijeron que todo era una broma, dijeron los fiscales.
Cuando Ochoa regresó a la casa semanas después para buscar la ropa de bebé y un cochecito, los fiscales alegan que la madre y la hija pusieron música en la casa y fueron a la cocina, en donde hablaron sobre cómo iban a estrangularla y cortarle el bebé del vientre.
Fue entonces cuando los fiscales dijeron que Desirée Figueroa distrajo a Ochoa con un álbum de fotos de su difunto hermano, mientras que Clarissa enrollaba un cable por su cuello.
El fiscal asistente estatal, James Murphy, le dijo a la jueza del Condado de Cook, Susana Ortiz, que en ese momento Marlen logró poner sus dedos bajo el cable que rodeaba su cuello y que la mujer que la estranguló, Clarisa Figueroa, le gritó a su hija:” ¡No estás haciendo tu trabajo!
Lo que incitó a Desirée a quitarle los dedos de Ochoa del cable, uno por uno, lo que le permitió apretarle el cuello hasta asfixiarla, dijo Murphy.
Ochoa fue estrangulada por cuatro o cinco minutos mientras que ambas madre e hija decían “tiene que estar muerta”, dijeron los fiscales, citando una confesión de Desirée Figueroa.
Clarissa Figueroa supuestamente le dijo a su hija que comprara una manta, una bolsa de basura y un cuchillo de carnicero, que usó para cortar el abdomen de Ochoa y extraer el bebé, la placenta y el cordón umbilical, según los fiscales.
El bebé, la placenta y el cordón umbilical fueron envueltos en una manta antes de que el cuerpo de Ochoa fuera colocado dentro de una bolsa plástica y dejado en un contenedor de basura por la casa, dijeron los fiscales.
Clarissa Figueroa luego llamó al 911 y dijo que había dado a luz y que el bebé no respiraba, según los fiscales. Tanto ella como el bebé fueron trasladados a Advocate Christ Medical Center para recibir tratamiento, donde el personal del hospital dijo a las autoridades que su cuerpo no mostraba signos de haber dado a luz.
Clarissa Figueroa en ese momento todavía tenía manchas de sangre en su cara y manos.
El jueves en una rueda de prensa, Eddie Johnson, jefe de la policía de Chicago dijo que la madre y la hija habían estrangulado a Ochoa con un cable y que luego le cortaron su vientre para extraerle el bebé.
“No existen palabras para describir lo repugnante y perturbador de estas acusaciones”, dijo Johnson.
“Me gustaría ofrecer mis más sinceras condolencias y oraciones a la familia de Marlen, quien, en lugar de celebrar la llegada de una nueva vida, ahora están de luto por su perdida, mientras que al mismo tiempo tienen que cuidar y velar por su bebé que está en condición grave”.
“La escena del crimen es horrible”, dijo en la misma rueda de prensa, el subjefe de la policía Brendan Deenihan.
Deenihan explicó que el 23 de abril, fue cuando Marlen fue vista por última vez y que su esposo reportó su desaparición al día siguiente.
Desde ese día hasta el 7 de mayo dijo, que “los detectives con la ayuda de su familia y amigos trabajaron para tratar de localizar a Marlen y su auto” , y que en ese momento, las autoridades no tenían ni idea de que ella estaba en la residencia de Figueroa, aseguró Deenihan.
“Estuvimos usando toda la tecnología disponible para poder encontrar a Marlen y su auto, pero no pudimos hacerlo”, y agregó que las autoridades también estaban revisando los hospitales para ver si Marlen había dado a luz.
Uno de los amigos de Marlen le dijo a los detectives que Marlen estaba en un grupo de chat en Facebook. Las autoridades luego descubrieron que Marlen “estaba en contacto con Clarissa Figueroa, quien es nuestra acusada en este momento, y que estaba involucrada en este grupo de Facebook.”, dijo Deenihan.
La oficina del médico forense del condado de Cook dictaminó esta semana que la joven madre murió asfixiada por estrangulación y que su muerte se trató de un homicidio.
Ese mismo día la pastora y una activista, quienes habían estado en contacto con la familia de Marlen Ochoa, confirmaron que el bebé de Marlen está en el hospital Christ en condición crítica.
Larry Merritt, vocero del departamento de bomberos de Chicago dijo que el pasado 23 de abril una mujer llamó al 911 y reportó que su bebé recién nacido estaba en peligro. Cuando llegaron los paramédicos “el bebé no respiraba, estaba azul”, agregó Merritt y que intentaron resucitarlo de camino al hospital.
La familia de Ochoa, quien estaba casada y tenía un hijo de 3 años, dijo que una mujer la invitó por Facebook a su casa y le ofreció una carriola y ropa de bebé.
“Ella estaba regalando ropa, supuestamente con el pretexto de que a sus hijas le habían regalado ropa y ellas tenían toda esta ropa para niño”, dijo Cecilia García, portavoz de la familia.
Su familia la había estado buscando desde que desapareció hace más de tres semanas, organizando operativos, dando conferencias de prensa y presionando a la policía para que informara sobre las novedades del caso.
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