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Fiscales de juicio político: el entonces presidente no fue un “espectador inocente”


WASHINGTON – Los fiscales del juicio político a Donald Trump dijeron este miércoles que demostrarán que el entonces presidente no fue un “espectador inocente” sino el principal incitador del mortal ataque al Capitolio con el que intentó anular su derrota electoral ante Joe Biden.

En la primera jornada plena de alegatos, el principal fiscal de la Cámara de Representantes prometió presentar las pruebas de que el expresidente alentó a sus seguidores en un acto a dirigirse al palacio legislativo el 6 de enero y luego, lejos de hacer algo para detener la violencia, observó con “júbilo” cuando una turba asaltaba el recinto. Cinco personas murieron.

“Para nosotros pudo parecer un caos y locura, pero había método en la locura ese día”, dijo el representante demócrata Jamie Raskin.

Los fiscales en el juicio político a Donald Trump presentaron este miércoles un nuevo y estremecedor video tomado por las cámaras de seguridad en el que se ve a la turba cuando irrumpe en el Capitolio, rompiendo puertas y ventanas, y buscando de forma amenazante al vicepresidente Mike Pence y a la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, mientras los policías pedían ayuda por radio.

En las imágenes se ven escenas de lo cerca que estuvo la muchedumbre de los líderes de la nación, recorriendo los pasillos entre consignas de “Cuelguen a Mike Pence”, algunos de ellos con equipo táctico. Miembros de grupos extremistas fueron de los primeros en ingresar al recinto. En el exterior, la turba construyó horcas improvisadas.

El video también muestra el momento en que policías abren fuego contra la multitud a través de una ventana rota, matando a Ashli Babbitt, una mujer de San Diego.

El segundo juicio político de Donald Trump está programado para comenzar esta semana y será muy diferente al primero.

Se puede ver a Pence, quien presidía la sesión para certificar el triunfo electoral de Joe Biden, siendo escoltado a una oficina en la que se resguardó junto con su familia a menos de 100 pies de los invasores. Pelosi fue evacuada del complejo, mientras que su personal se refugió tras puertas cerradas en sus oficinas.

La policía, superada por la multitud, anuncia frenéticamente que han “perdido la línea” e insta a los agentes a ponerse a salvo. Se ve a un agente siendo aplastado por la turba, y los fiscales dicen que otro sufrió un ataque al corazón. Uno de ellos murió posteriormente.

Aunque la mayoría de los senadores claramente ya tienen decidido si absolver o condenar al exmandatario, quedaron impactados con el video y las grabaciones de audio de los manifestantes que se apoderaban del mismo recinto en el que se lleva a cabo el juicio político. Los gritos de las grabaciones inundaron la cámara.

Refugiado en su oficina del Capitolio de EEUU, Remmington Belford oía gritos y golpes, pero tuvo que encender la televisión para ver qué pasaba: una muchedumbre había irrumpido en uno de los lugares más seguros del mundo y el instigador era nada más y nada menos que el presidente, Donald Trump, quien ahora se enfrenta a un juicio político.

“Lo hicieron porque Donald Trump los envió en esta misión”, dijo Stacey Plaskett, miembro del equipo de fiscales de la Cámara de Representantes.

“El presidente Trump les puso a ustedes una diana en las espaldas, y esta turba irrumpió en el Capitolio para cazarlos”.

La sorprendente presentación abrió el primer día completo de argumentos en el juicio, en el que los fiscales aseguraron que Trump no fue un “testigo inocente” sino el “provocador en jefe” del asalto letal al Capitolio, un presidente que pasó meses propagando sus mentiras electorales y conformando una turba de simpatizantes listos para atender su llamado a frenar el triunfo de Biden.

Así lo afirmó a NBC News el abogado del expresidente.

Los representantes demócratas mostraron una gran cantidad de evidencia del propio expresidente: cientos de tuits y comentarios de Trump que culminaron en su grito de batalla del 6 de enero para acudir al Capitolio y “pelear con todo” para revertir su derrota. Posteriormente, Trump no hizo nada por frenar la violencia y miró “fascinado”, aseguraron los fiscales, mientras la turba saqueaba el recinto. Cinco personas murieron durante el incidente.

El miércoles, los senadores vieron por primera vez el detallado video de seguridad del asalto y escucharon las desesperadas solicitudes de ayuda por parte de la policía del Capitolio.

“Para nosotros, pudo haberse sentido como un caos y una locura, pero ese día hubo un motivo para esa locura”, dijo el representante Jamie Raskin, el fiscal en jefe, quien señaló a Trump como el instigador.

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“Y cuando esta turba irrumpió en el Senado y atacó la Cámara de Representantes y agredió a los agentes del orden, él veía en televisión como si fuera un reality show. Estaba regodeado con eso”.

Los sucesos del día se llevaron a cabo tras una sesión emotiva el martes que provocó la furia del expresidente ante los alegatos largos y confusos de sus abogados que resultaron incapaces de demostrar la inconstitucionalidad del juicio. Algunos de sus aliados pidieron nuevos cambios en su equipo defensor.

Trump es el primer expresidente que enfrenta un juicio político después de dejar el cargo y también el primero en enfrentar dos juicios. El asalto al Capitolio se produjo después que Trump instó a sus seguidores a “pelear como demonios”, frase que según sus abogados fue solo una expresión retórica. Se le acusa de “incitar a la insurrección”.

EL ARGUMENTO Y LAS PRUEBAS CONTRA TRUMP

Los senadores, muchos de los cuales debieron huir para ponerse a salvo el día del ataque, observaron los impresionantes videos de los partidarios de Trump que se abrieron paso entre las filas policiales para irrumpir en los salones, haciendo ondear banderas del entonces presidente. Se esperan nuevos videos para más tarde, incluso algunos que no han sido vistos hasta ahora.

Los fiscales sostienen que las palabras de Trump no son un simple ejercicio de la libertad de expresión sino parte de “la gran mentira”, sus esfuerzos incesantes para sembrar dudas sobre los resultados de la elección. Estos comenzaron mucho antes del recuento de los votos, alentando a sus seguidores a “detener el robo” aunque no había pruebas de fraude en gran escala.

La mujer es originaria de Pensilvania.

Trump sabía muy bien lo que sucedería cuando tomó el micrófono en el mitin fuera de la Casa Blanca ese día, casi en el mismo momento que el Congreso se llamó al orden para certificar el triunfo de Biden, dijo el representante demócrata Joe Neguse.

“No fue un mero discurso”, dijo Neguse.

Los partidarios de Trump estaban preparados y armados, listos para descender sobre el Capitolio, dijo Neguse. “Cuando escucharon su discurso comprendieron sus palabras”.

La seguridad era sumamente estricta en el Capitolio, rodeado de alambradas de púas y patrullado por efectivos de la Guardia Nacional.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jan Psaki, dijo que Biden no miraría el juicio.

“Joe Biden es el presidente, no es un comentarista político, no va a opinar sobre los argumentos de unos y otros”, dijo.

Ante senadores que juraron impartir una justicia imparcial, el juicio comenzó con la dura crónica que hizo la acusación, describiendo cómo el caos dejó policías tullidos y asaltantes paseando por la misma cámara donde se celebraba el juicio.

LA DEFENSA DE TRUMP

El equipo de Trump respondió afirmando que la Constitución no permite un juicio político tan tarde. Aunque el proceso sigue adelante, esa es una cuestión legal que podría atraer a republicanos deseosos de absolver a Trump sin que parezca que aprueban su comportamiento.

En un proceso inédito, el Senado dio inicio al juicio contra el expresidente por la violenta toma del Capitolio en enero.

El abogado principal de la defensa, Bruce Castor, dijo haber cambiado su estrategia prevista tras escuchar la presentación rival, y en su lugar se dirigió a los senadores de forma directa, diciendo que el equipo de Trump no haría más que condenar el “repugnante” ataque y “denunciar a los alborotadores de la forma más firme posible”. Pidió a los senadores que actuaran “como patriotas antes de nada” y que tuvieran “la cabeza fría” al considerar los argumentos.

El abogado de Trump, David Schoen, planteó el juicio como una cuestión partidista y afirmó que los demócratas actuaban motivados por un “odio elemental” contra el expresidente.

Los problemas iniciales de la defensa también mostraron la difícil tarea de los abogados de Trump al defender una conducta previa a una insurrección sufrida personalmente por los senadores. Aunque casi con certeza obtendrán su absolución —debido a la composición del Senado— de todos modos afrontan un desafío de despojar de emoción un juicio centrado en sucesos aún sensibles, incluso para los republicanos.

Pese a la votación de 56-44 a favor de la autoridad del Senado para dirimir el caso incluso tras el final del mandato presidencial, las cifras siguen muy lejos del umbral de dos tercios, o 67 votos, necesarios para una condena.

Parece improbable que la parte acusadora llame a testigos, y Trump ha rechazado una petición para presentarse a declarar.

Se espera que el juicio continúe durante el fin de semana.




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