El cuestionamiento al sistema de protección
infantil sobre su presunta inacción para salvar a Thomas Valva y a sus hermanos
de una vida de tormento cobra más fuerza a medida que los fiscales revelan
detalles horrendos sobre el caso.
¿Tommy estaría vivo si el sistema hubiera atendido
los reportes de abuso? Esa es la pregunta que la familia y la ciudadanía lanzan
una y otra vez como un dardo, pues no fue solo la madre biológica de Thomas la
que insistió en denunciar el maltrato, también lo hizo la escuela a la que
acudían los niños. Los maestros del distrito escolar de East Moriches hicieron
al menos 20 llamadas a la línea directa de abuso infantil del estado de Nueva
York, según la pesquisa.
Los fiscales enumeraron las acusaciones de
abuso repetido en el hogar al juez William Condon, el cual comenzó cuando Michael
Valva recibió la custodia temporal en 2017, seguido de la custodia total en
enero de 2018.
Los dos niños mayores, ambos diagnosticados con autismo, acudieron a la escuela con moretones y en pañales. Los educadores narraron que los hermanos tenían huecos sin cabello en la cabeza, pues les fueron arrancados mechones desde la raíz.
El Departamento de Servicios Sociales afirmó
que intervino y ordenó que Michael Valva y Angela Pollina asistieran a clases
para padres. La familia estuvo bajo supervisión durante un año, pero los acusados
no perdieron la custodia incluso cuando persistieron las denuncias de abuso.
El fiscal de distrito Tim Sini dijo que su
oficina investiga si el Departamento de Servicios Sociales cumplió con los
protocolos requeridos por la ley.
Los investigadores revelaron que horas antes de
la muerte de Tommy, Pollina arrastró al niño por las escaleras y lo empujó al garaje
como castigo por ensuciar los pantalones. Poco después, al notar que el menor agonizaba,
la acusada escribió un mensaje de texto a Valva y la burla fue su repuesta. El exoficial
del NYPD se refirió a su hijo como “retrasado”, además de otras expresiones
despectivas y soeces, según los fiscales.
“Es
una casa de los horrores”, dijo el fiscal Sini. “No puedo entender
cómo pudo suceder esto, cómo un ser humano puede hacerle esto a su propio
hijo”.
Los
fiscales revelaron el jueves que las cámaras de seguridad captaron “atrocidades”
y “un horror inimaginable”.