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Flamengo le mostró la realidad a Vélez con un show de goles

Flamengo le mostró la realidad a Vélez con un show de goles

Cada día que pasa los equipos argentinos observan como los brasileños les sacan mayores ventajas. Cada día las distancias entre unos y otros son más grandes. Se verificó en Liniers, en la semifinal de ida de la Copa Libertadores. Ahí, bien de visitante, Flamengo no tembló y demolió al entusiasta Vélez a pura clase, a puro gol. Al cabo, le mostró la realidad.

Tener a Arturo Vidal entre los suplentes en el fútbol sudamericano es igual a un lujo que solo algún coloso brasileño como Flamengo se puede dar. Mientras tanto, Vélez colecciona entre sus titulares futbolistas juveniles con un inmenso futuro, pero todavía caminando hacia la madurez.

Vélez, con energía, con corazón, con despliegue, intentó equilibrar esa inferioridad individual. Pero la ilusión le duró media hora. En una pelota cruzada al área, Leonardo Jara durmió y Pedro apareció solo para clavar el primero. Encima, en el cierre del primer tiempo, tras un toqueteo delicioso, Everton Ribeiro dibujó el segundo con delicadeza, poniéndola contra un palo.

En medio de ambos goles, Vélez había tenido un tiro libre de Luca Orellano en un palo. Fue un momento apenas. Cada vez que Flamengo unió pases quedó en evidencia la diferencia de categoría. Mientras la circulación del Fla fluía con precisión y velocidad, la de Vélez era forzada. Y a los 15 de la segunda etapa, Pedro, con una resolución exquisita, picándola ante la salida del arquero Hoyos, clavó el tercero. Faltaba el cuarto sobre el final, otra vez de Pedro, hattrick…

Flamengo es igual a David Luiz, a Filipe Luis, a De Arrascaeta, a Gabigol, a Everton Ribeiro, a Pedro, a Vidal… Demasiado para este Vélez repleto de juveniles, que sin éxito en los últimos días decidió no regar el campo de juego para que estuviera más duro y complicara el traslado brasileño.

Atlético Paranaense había vencido 1-0 a Palmeiras en una de las semifinales de ida. Ahora Flamengo goleó en la otra y tiene ya un pie y medio en la final de la Copa Libertadores. Es cierto: falta la revancha. Es verdad: se insinúa como un simple trámite.




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